Telefónica ha defendido este jueves su estrategia de hacerse con todos los derechos del fútbol y ha asegurado que, un año después de imponerse en aquella guerra, se ve "más fuerte" y en "una mejor posición", pese a que tuvo que abonar más de cuatro mil millones de euros.
"Hace un año había mucha preocupación en los mercados por los derechos del fútbol y por el alto coste de su adquisición, (...) pero lo que podemos decir es que ahora estamos más fuertes, en una mejor posición", ha dicho el consejero delegado, Ángel Vilá, en una conferencia con analistas tras presentar los resultados financieros de la operadora durante el primer semestre.
Telefónica adquirió el año pasado los derechos de emisión de la Liga para el mercado residencial para las tres temporadas de 2019 a 2022 por 2.940 millones y compró a Mediapro los derechos de la Liga de Campeones y la Liga Europa en el mercado residencial para las próximas tres temporadas por 1.080 millones.
Vilá ha asegurado que la captación de clientes gracias a esta estrategia ha sido superior incluso a la que se esperaba en el grupo y ha destacado que normalmente los "clientes de fútbol" aportan unos ingresos cada uno (lo que se conoce como ARPU) superiores a la media, al tiempo que su tasa de bajas (lo que se denomina "churn" en el sector) es inferior al promedio.
Agosto y septiembre son los meses fuertes de contratación para los clientes interesados en el fútbol, a los que la operador ofrece dos paquetes: Uno con la LaLiga y la segunda división y otro con la Champions y la Europa League, según ha detallado Vilá ante los analistas.
Aunque su competidor Vodafone, que tras la intensa guerra del año pasado decidió renunciar a los derechos de emisión del fútbol, mantuvo algunos clientes gracias a la emisión de ocho partidos semanales, "si esos clientes quieren fútbol" con la llegada de la nueva temprada "tendrán que buscarlo en otro lado".
Esta situación hace que la compañía descarte una agresividad comercial como la vivida el año pasado con el arranque de la temporada de fútbol, aunque Vilá prevé un "verano dinámico".