Ha disputado ya 159 partidos con la Juventus de Turín, ha sido 21 veces internacional con la selección de Brasil y suma 17 títulos en su carrera futbolística. A pesar de todo esto, Alex Sandro (28 años) es uno de esos jugadores que sabe valorar a conciencia todo lo que tiene e incluso se siente mal con ciertas cosas que hace.
En su entrevista en Youtube con el periodista brasileño Raiam Santos, sacó a relucir su lado más personal y dejo varias reflexiones. Unas de las más llamativas es la del dinero que gasta: "Muchas veces salgo con mi familia y gasto 300 o 400 euros en una noche y luego me pregunto cuánto sería en Brasil. Me siento un poco mal por gastar tanto en una noche. Me dicen a menudo que no piense en eso y disfrute de la vida, pero también me siento muy bien cuando ayudo a otras personas. En el futuro quiero crear una fundación en mi ciudad para ayudar a los niños. No solo con el fútbol, sino también con sus estudios".
Al respecto, también contó lo que ganaba en sus inicios: "Cuando llegué al Atlético Paranaense, tenía 15 años y ganaba 100 dólares al mes. El club me lo daba todo: casa, comida, colegio... Gasté 50 dólares y ahorré otros 50. Tras mi primera victoria, guardé 300 dólares y se lo di a mis padres para que pudieran pintar nuestra casa. Podría haber comprado cualquier cosa, pero tenía que ayudar a mi familia".
Alex Sandro: "Muchos niños que crecieron conmigo en Catanduva terminaron por el mal camino y hoy están en la cárcel o incluso muertos"
Siguiendo con sus orígenes, cuesta escucharle hablar de sus amigos de la infancia: "Muchos niños que crecieron conmigo en Catanduva terminaron por el mal camino y hoy están en la cárcel o incluso muertos. Tienes que tener la cabeza amueblada y saber seguir buenos ejemplos. Si te esfuerzas mucho, las oportunidades pueden venir, como me pasó a mí".
Alex Sandro también aprovechó la entrevista para enviarle un consejo a los niños: "Que no abandonen el colegio y terminen sus estudios. Muchos niños que son muy buenos en juveniles dejan de estudiar y luego no se convierten en profesionales. Sin terminar secundaria, la vida es mucho más difícil. Otra cosa fundamental es que respeten a las personas. Nunca he sido el mejor estudiante, pero he respetado a mis profesores".