Lo que parecía un sueño difícil de alcanzar para el Sao Paulo se convirtió en una realidad en agosto, con el anuncio como único refuerzo para lo que resta de la temporada del experimentado lateral Dani Alves, un inusual '10' que será el mejor pagado en la liga.
El futbolista, a pesar de varias ofertas de clubes de Asia y Europa, fue seducido por el proyecto del Sao Paulo y optó por retornar a su país después de 17 años, cuando dejó en 2002 al Bahía de Salvador, en su estado natal, para fichar por el Sevilla FC.
Actual capitán de la selección brasileña y mundialista en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, Alves firmó un contrato con el Sao Paulo hasta 2022, justo el año en que se disputará la próxima Copa del Mundo en Catar, a la que espera llegar "en plena actividad" con 39 años encima.
De esa forma Dani Alves volvía a su tierra para convertirse en el jugador mejor pagado de Brasil. La afición celebró por todo lo alto la llegada del crack brasileño, pero dos meses después comienzan a aparecer los primeros 'problemas' de haber llevado a cabo un fichaje de ese calibre.
Según publica el diario AS, Dani Alves percibe 330.000 euros mensualmente, de los cuales el Sao Paulo paga algo más de 100.000. A partir del próximo mes de abril, el club brasileño comenzará a pagarle los derechos de imagen semestralmente con la ayuda de empresas colaboradoras. Y es ahí donde llega el problema real. El club esperaba contar con la ayuda de dichas empresas que aún no han aparecido.
El Sao Paulo esperaba que el fichaje de un jugador de tal nivel sirviera como reclamo para llegada de algunas empresas. Pero nada más lejos de la realidad, su llegada no ha alcanzado las expectativas esperadas por el club. Si finalmente no consigue hacerse con estas 'colaboraciones', el club debe afrontar el pago de los 4 millones de euros de su salario, más bonus y derechos de imagen.