Praga, 23 oct (EFE).- "Slavia till we die". Así decía el gigantesco mosaico, a base de pancartas rojiblancas, desplegado por los hinchas del Slavia para recibir a los equipos en una noche templada en Praga, para disputar la tercera ronda de la actual edición de la "Champions".,La tribuna norte del Sinobo Stadium, donde se concentran los ultras del Slavia, no dejó de pitar cuando la megafonía anunció la alineación de los de Ernesto Valverde.,Aunque en el minuto 5 el equipo azulgrana se ponía por
Praga, 23 oct .- "Slavia till we die". Así decía el gigantesco mosaico, a base de pancartas rojiblancas, desplegado por los hinchas del Slavia para recibir a los equipos en una noche templada en Praga, para disputar la tercera ronda de la actual edición de la "Champions".
La tribuna norte del Sinobo Stadium, donde se concentran los ultras del Slavia, no dejó de pitar cuando la megafonía anunció la alineación de los de Ernesto Valverde.
Aunque en el minuto 5 el equipo azulgrana se ponía por delante, debido a un ajuste defensivo que Lionel Messi supo aprovechar, esto no redujo la intensidad de los cánticos de la hinchada checa, que hoz abarrotó el graderío (20.800) y que siguió empujando a los suyos para intentar mantener alta la presión.
"Slavia es el campeón, que lo celebre hasta un millón...", recordaban como un mantra los seguidores, que no pararon de gritar y aplaudir en todo el partido, sabiendo que los suyos disputaban "el partido de la década" y que sabían que los suyos necesitaban de ese apoyo.
"Los cánticos expresan lealtad, que estamos siempre con el club, después de una victoria, después de una derrota, viva el Slavia, y empieza con las palabras la fuerza rojiblanca", recordó a Efe el hincha Jan Vala, que ha compuesto la mayoría de estas canciones, inspiradas incluso en populares cuentos infantiles, como "La princesa del molino".
Su letra dice: "Conozco una Slavia, un conocido club de Praga, el mejor de los clubes que conozco, cada cual que lo conoce sabe que es rojiblanco, y en el campo te gana el corazón".
Enfrente, en una esquina del fondo sur, a los 700 seguidores culés apenas se les oía.
Los hinchas del Slavia es algo especial, pues es la más numerosa de entre los clubes del país centroeuropeo.
En la tribuna norte se citan en casi cada partido 5.000 aficionados, al que las derrotas no les turban el ánimo, y además son conocidos por su "dekovacka" o ritual de agradecimiento al finalizar los partidos, con independencia del resultado.
El "jefe de la caldera", o líder de este sector del campo donde se juntan los ultras, va incoando una a una las frases, a las que va respondiendo todo el grupo, hasta que al final todos se sientan, y con el "viva" final vuelven a levantarse y empiezan a aplaudir.
"Da igual si hemos perdido 7-0 con el Arsenal (un día como hoy hace doce años en Londres frente al Arsenal) o vencimos al Sevilla (como en la pasada temporada de la Liga Europa), da igual, siempre se hace y es una prueba del compañerismo de los hinchas con los jugadores y de la gratitud entre ambos", recordó Vala.