Rodrigo Zuleta,Berlín, 4 nov (EFE).- Tras el cese, o la dimisión, de Niko Kovac -el comunicado oficial del club da campo a interpretaciones- el Bayern se Múnich afronta en el corto plazo una semana clave y, a mediano plazo, la decisión estratégica de escoger un entrenador que reinvente el equipo.,El club bávaro está ante la típica situación resumida en la frase célebre de que lo urgente no le permite atender lo necesario.,Lo urgente empieza por lo que viene en los próximos días: un duelo el miér
Rodrigo Zuleta
Berlín, 4 nov .- Tras el cese, o la dimisión, de Niko Kovac -el comunicado oficial del club da campo a interpretaciones- el Bayern se Múnich afronta en el corto plazo una semana clave y, a mediano plazo, la decisión estratégica de escoger un entrenador que reinvente el equipo.
El club bávaro está ante la típica situación resumida en la frase célebre de que lo urgente no le permite atender lo necesario.
Lo urgente empieza por lo que viene en los próximos días: un duelo el miércoles en la Liga de Campeones en casa ante el Olimpiakos, en donde puede dejar asegurada la clasificación a octavos, y el sábado el clásico en la Bundesliga contra el Borussia Dortmund.
Para esos partidos el Bayern ha optado por encomendarle al equipo al segundo entrenador Hansi Flick, prefiriendo evitar de esa manera decisiones desesperadas.
Los resultados pueden ser claves para lo que queda de temporada. Una derrota ante el Dortmund dejaría al Bayern cuatro puntos por debajo de su máximo rival y el líder, Borussia Mönchengladbach, podría sacarle siete puntos, si le gana el domingo al Werder Bremen.
No ganarle al Olimpiakos tendría reparo gracias a la renta que tiene el equipo en su grupo pero será una señal negativa.
Si el Bayern, con Flick, gana los dos partidos y muestra una recuperación en su juego, en cambio, todas las metas de la temporada seguirían en el horizonte de los posible.
Después del sábado, vendrá la decisión sobre el sucesor de Kovac, para lo que actualmente se barajan varias fórmulas y varios nombres.
Una posibilidad es ganar tiempo, dejando a Flick como interino -para ello tiene que ganar sus dos partidos esta semana- y esperar a final de temporada o al menos hasta la pausa de invierno para una solución a largo plazo.
A favor de esa solución habla el hecho de que los tres nombres que se barajan con más fuerza son de entrenadores que actualmente tienen equipo y no están en el mercado.
Thomas Tüchel está en el PSG, Mauricio Pochettino en el Tottenham y Erick ten Hag está en el Ajax. Entre los tres el que menos bazas tiene en Pochettino y el que más ten Hag pero en todo caso es más que improbable que pueda dejar el Ajax a mitad de temporada.
También se mencionan otros cuatro nombres cuya principal baza es que es que están sin equipo: José Mourinho, Arsene Wenger, -a favor de él está el que habla alemán y en contra su edad- Ralf Rangnick y Massimiliano Allegri.
Hace dos años, cuando fue cesado Carlo Ancelotti, Uli Hoeness logró convencer a Jupp Heynckes de que abandonase su retiro para asumir al equipo hasta final de temporada. Esta vez está opción es improbable.
Llegue quien llegue -o Flick si se queda más allá del clásico contra el Dortmund- se encontrará con un equipo que tiene una serie de problemas que no se resuelven desde el banquillo.
La defensa se ha visto desarticulada por las lesiones de Lucas Hernández y Nicklas Süle. El presunto fichaje estrella, Philippe Coutinho, sólo ofrece momentos aislados y tiende a desaparecer en partidos difíciles.
Según el diagnóstico del exinternacional Lothar Matthäus, el Bayern vive de momento de cuatro jugadores: el meta Manuel Neuer, Joshua Kimmich, Thomas Müller y Robert Lewandowski y quien llegue tendrá que montar el equipo en torno a los cuatro.
Un reto será recuperar la intensidad, sobre todo ante rivales presuntamente inferiores. En ese punto lo que necesita el Bayern es un psicólogo. Aunque la hecatombe ante el Eintracht (5-1) puede resultar teniendo el efecto de una terapia de choque que lleva al equipo a despertar.