La cadena de televisión Fox Sports anunció este lunes que el exfutbolista Marco van Basten no participará la próxima semana en el programa “De Eretribune”, donde trabaja habitualmente como analista, por una broma hecha el pasado sábado que incluía una proclama nazi.
El canal donará al Instituto de Estudios de Guerras, Holocausto y Genocidio, con sede en Amsterdam, la cantidad económica que normalmente le correspondería al exseleccionador por su intervención semanal en el programa.
“Lo que sucedió fue estúpido e inapropiado y Fox Sports se distancia de lo que Marco van Basten dijo el sábado”, aseguró en un comunicado la cadena, que rechazó despedir al exfutbolista de forma definitiva.
Fox Sports sigue apoyando la colaboración con Marco van Basten y le da la bienvenida al programa “De Eretribune” el próximo sábado 7 de diciembre”, añadió el canal.
El anuncio se produce dos días después de que un micrófono abierto cazara al exfutbolista diciendo la proclama nazi “Sieg Heil” ('Salve, viva, eterna victoria'), utilizada por el Tercer Reich.
El suceso se produjo al finalizar la entrevista que un periodista holandés le estaba haciendo en alemán al germano Frank Wormuth, entrenador del Heracles Almelo, desde el estadio Johan Cruyff Arena.
Cuando ambos se despidieron, se escuchó en antena a Van Basten decir “Sieg Heil” desde el estudio, momento que fue ampliamente compartido en las redes sociales de Países Bajos.
La propia cadena le pidió una explicación, a lo que el exfutbolista reaccionó ofreciendo sus disculpas y diciendo que se trató de una “broma equivocada”.
“No era mi intención escandalizar a la gente, sólo quería ridiculizar el alemán de Hans”, dijo en referencia a las habilidades lingüísticas del periodista que hizo la entrevista.
Los partidos de la primera y la segunda división se detuvieron tras el pitido inicial como respuesta a los cánticos racistas que un jugador del Excelsior Rotterdam, Ahmad Mendes Moreira, sufrió el pasado domingo en el campo del Den Bosch.
Los jugadores permanecieron quietos los primeros sesenta segundos de cada partido mientras en los marcadores electrónicos de los estadios apareció la frase “¿Racismo? Entonces no jugamos”.