El futbolista Valdo ha tenido un regalo muy especial en esta Navidad. El leonés ha participado en un reportaje de El País en el que se ha vuelto a reunir con la monja que le acogió cuando era pequeño y le ayudó a convertirse en futbolista profesional.
Sor Marina era una monja de la Orden de las Esclavas presente en la Casa de la Caridad de Aravaca, donde Valdó vivía de pequeño. Su padre llegó desde Cabo Verde al norte de la Península a trabajar en la mina y ni él ni su madre podían hacerse cambio del niño.
"En la casa de Aravaca todos eran niños con dificultades en su familia. Sus padres no podían hacerse cargo de él, así que yo me volqué con él. Tenía 10 años y jugaba muy bien al fútbol. Era un niño pobre, no tenía nada, ni a nadie", relata sor Marina en el reencuentro organizado por El País Semanal.
Valdo acudió a Salamanca a volver a abrazar a una mujer que tuvo mucha culpa de que el atacante disputara 12 temporadas en LaLiga Santander. Real Madrid, CA Osasuna, RCD Espanyol, Málaga CF y Levante UD fueron sus destinos en la máxima categoría de una carrera que terminó en la India y en la Segunda División B, donde compite actualmente con el Izarra.
Un jugador del Izarra es protagonista en El País Semanal https://t.co/7746WUVkh1
vía @estellanoticia
— CD Izarra (@CD_Izarra) December 26, 2019
La ayuda de sor Marina en la carrera de Valdo tuvo su reconocimiento con un gol de Valdo en Son Moix, el jugador marcó y recordó a la religiosa: "Me levanté orgulloso la camiseta y se la enseñé. Era lo mínimo que podía hacer por todo lo que ella me dio. Desde mi pequeño sólo tenía un sueño, ser futbolista, sin plan B. Ella me ayudó a conseguirlo".
Una historia que demuestra lo difíciles que pueden ser los inicios para un futbolistas. Acostumbrados a verlos dentro del lujo y el glamour que dan los sueldos millonarios en el estrellato, a veces es necesario comprobar su humanidad.