Pamplona, 29 ene (EFE).- Los auditores de Osasuna han asegurado que tuvieron un cruce de correos electrónicos con el extesorero del club, Sancho Bandrés, al que pidieron una justificación por la falta de dinero en la entidad.,En el juicio por presunto amaño de partidos que se celebra en la Audiencia de Navarra, el auditor Adolfo Suárez, junto a los exempleados de una consultoria Santiago Illa y Manuel Maeztu, han señalado que dieron por válidos un recibí de 900.000 euros firmado por dos agentes
Pamplona, 29 ene .- Los auditores de Osasuna han asegurado que tuvieron un cruce de correos electrónicos con el extesorero del club, Sancho Bandrés, al que pidieron una justificación por la falta de dinero en la entidad.
En el juicio por presunto amaño de partidos que se celebra en la Audiencia de Navarra, el auditor Adolfo Suárez, junto a los exempleados de una consultoria Santiago Illa y Manuel Maeztu, han señalado que dieron por válidos un recibí de 900.000 euros firmado por dos agentes inmobiliarios y las facturas de la empresa Flefield, de gestión de derechos de imagen de jugadores.
Al final de la temporada 2012-2013, ha comentado Suárez, observaron que en el club faltaban unos 900.000 euros y pidieron una justificación a Bandrés, así como al entonces contable, Tomás López, y al exgerente, Ángel Vizcay.
Este desfase, ha indicado, fue justificado por el expresidente, Miguel Archanco, que les dio cuenta “de unos trabajos que estaban haciendo unos agentes inmobiliarios para la venta de unos terrenos en Tajonar”.
Para el auditor, estas explicaciones y el documento de pago que le entregaron fueron suficientes, aunque sus empleados realizaron pesquisas previas para comprobar que, efectivamente, quienes aparecían como firmantes del recibí eran como agentes inmobiliarios y tenían actividad en el sector.
Suárez ha reconocido que propuso al club reflejar esta cantidad como gasto y no como inmovilizado, algo que ha considerado importante para sus cuentas debido a que “siempre andaban con los beneficios raspados”.
Esta situación de falta de dinero, ha agregado, se repitió al año siguiente con un agujero en caja de 1,4 millones de euros, por lo que pidió de nuevo una justificación.
Ante la negativa que recibió, dijo que no daría el borrador de la auditoría y se vería obligado a denegar la opinión, recibiendo pocos días después una llamada en la que la Junta Directiva solicitó una reunión.
En ella, han coincidido los tres auditores presentes, estaban un abogado y todos los miembros de la junta menos Mariano Zulet, y el entonces director de la Fundación Osasuna, Diego Maquirriain.
Todos han coincidido en señalar como extraño que, durante este encuentro, se les pidiera en un momento dado que saliesen de la sala y, posteriormente, se les aseguró que se les justificaría este gasto al día siguiente.
Esta justificación, han indicado, llegó mediante tres facturas de Flefield, aunque para Suárez esto no fue suficiente, ya que el hecho de que les despachasen de la reunión para hablar en privado le pareció “un tanto raro”.
Al respecto, Illa ha aseverado que instó a que se mandase un correo a Vizcay para pedirle un contrato y un recibí -enviándoles éste tan solo el contrato-, además de un fax a Fliefind preguntando a la empresa si había recibido el dinero, pero no obtuvieron contestación.
Además, Suárez ha apuntado que exigió a todos los miembros de la Junta que firmasen una carta de manifestación en la que constasen estos movimientos, una manera de proceder que ha confesado que no es la habitual.
1011914