Las lecciones de vida de los padres de Mbappé que recuerda cada día: le cambiaron para siempre

Kylian Mbappé, jugador del PSG, siempre ha ido por delante de los chicos de su edad. Es un futbolista descomunal y desde muy pronto lo empezó a demostrar. Este miércoles, The Player's Tribune, ha publicado una carta suya escrita de su puño y letra en la que cuenta su historia en primera persona e invita a soñar a esos niños que nacieron en su barrio y en zonas similares.

Uno de los aspectos que revela Mbappé son la importancia que tiene para él su familia, que siempre le han mantenido los pies en el suelo. Por ello, destacamos aquí las dos grandes lecciones de vida con la que se queda la estrella francesa: una la protagoniza su madres y otra su padre.

La madre de Mbappé: "Puede perseguirte toda tu vida"

Así cuenta el jugador galo un hecho que le marcó para siempre y que le quitó de por vida tener miedo en un campo de fútbol:

El punto de inflexión para mí, realmente el punto de inflexión de toda mi vida, fue el Coupé 93 cuando tenía 11 años. Llegamos a las semifinales, y el partido fue en un estadio real en Gagny, e incluso recuerdo que fue un miércoles. Así de vívido es este recuerdo para mí. Nunca antes había jugado en un estadio tan grande, con tanta gente. Estaba aterrado. Quiero decir, realmente, prácticamente no corrí, estaba tan asustada. Apenas toqué la pelota. Y nunca olvidaré, después del partido, mi madre salió al campo y me agarró por las orejas. No porque jugué mal. Porque estaba asustado

Ella dijo: "Vas a recordar esto toda tu vida. Siempre tienes que creer en ti mismo, incluso si fallas. Puedes perderte 60 goles. A nadie le importa. Pero el hecho de que te niegues a jugar porque tienes miedo, puede perseguirte toda tu vida ".

Ella dijo esas palabras exactas, y realmente me cambió hasta el punto de que nunca más tuve miedo en un campo de fútbol en toda mi vida. No hay Kylian Mbappé sin mi madre, mi padre, mi comunidad, mis amigos.

Lo que más le marcó de su padre: "Me mató"

Y así siguió contando, tras estar unos días en Londres con unos niños del Chelsea, lo que él esperaba y la reacción de sus padres. Y es que resulta que el padre de Mbappé fue su entrenador durante 10 años.

Después de esa experiencia en Chelsea, le rogué a mis padres que me dejaran dejar Bondy e irme a un gran club. Pero tienes que entender a mi madre y a mi padre. Querían que me quedara en casa para poder ser un niño y vivir una vida normal. No lo entendí en ese momento, pero en realidad fue lo mejor para mí, porque aprendí muchas lecciones difíciles que nunca habría aprendido en una burbuja en una academia.

Mi padre fue mi entrenador durante 10 años, e incluso cuando comencé a entrenar en la academia francesa en Clairefontaine durante la semana, fue increíble, por supuesto. Es una de las mejores academias del mundo. Pero aún así volvería a casa los fines de semana y jugaría para el equipo semipro de mi padre en AS Bondy. Y él no toleraría ninguna de mis tonterías de la academia.

Es divertido, en realidad, porque volvería a casa con la voz de mi entrenador Clairefontaine en mi cabeza. Seguía insistiendo en que teníamos que trabajar con nuestro pie más débil. En Clairefontaine, se trataba de desarrollar nuestras habilidades. Pero en Bondy, era la vida real. Se trataba de sobrevivir en la liga semipro. Se trataba de ganar, punto.

Un fin de semana, estaba jugando para Bondy, y tenía la pelota en el ala. Estaba en mi pie derecho. Estaba completamente solo. Una situación perfecta Y pude escuchar la voz de mi entrenador de Clairefontaine diciendo: "Kylian, trabaja a tu izquierda". Así que intenté un pase largo con mi izquierda y fallé por completo. El otro equipo tomó la pelota y contraatacó, y mi padre absolutamente me mató.

Todavía puedo escucharlo gritar. "¡Kylian! ¡No estás aquí para probar tus elegantes experiencias de Clairefontaine! ¡Tenemos una liga para jugar aquí! ¡Puedes regresar a Clairefontaine toda la semana y entrenar en tu lindo campo! Pero esta es Bondy! ¡Aquí, también tenemos una vida!". Todavía llevo esa lección conmigo a donde quiera que vaya. Mi padre sabía que mi cabeza estaba en las nubes, así que se aseguró de que mis pies aún estuvieran en el suelo.

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