El Marbella ha pasado de ser un equipo con un proyecto casi faraónico para la Segunda División B, con miras como mínimo a LaLiga SmartBank y con una idea de regeneración que incluía la construcción de un estadio (ver vídeo superior) que se definió como "joya urbanística" por parte de Óscar Ribot, dueño de Best of You -empresa que gestiona el club-, a navegar a la deriva y muy lejos de aquellos sueños proyectados que ahora son quimeras. El equipo de Granero o Callejón, el del 'Soñemos en grande', es octavo de 10 equipos en el Grupo 4A de Segunda División B. O lo que es lo mismo, ocupa ahora posiciones de play off de descenso que, en caso de consumarse, sería doble. De pensar en la élite a pelear por evitar un golpe que sería un puñal al proyecto y al club.
La última derrota, consumada este domingo en casa frente al Atlético Sanluqueño en el minuto 94, fue la séptima en 14 partidos para el cuadro dirigido por Aira, que no ha dado con la tecla y que, pese a todo, sigue en el cargo. De hecho Óscar Ribot, en una reciente entrevista en Onda Cero Marbella, defendió a capa y espada su labor. Fue una aparición que se esperaba, en la que presentó pocas soluciones y trató mandar un mensaje de tranquilidad que, ciertamente, no casa con la realidad. Tres partidos ha ganado el equipo esta temporada, después de pisar el pasado curso el play off de ascenso y de ser eliminado a las primeras de cambio. Ahí todo giró, llegaron jugadores con nombre y proyección pero sin demasiado conocimiento en la categoría (algo que había sido clave en la época en la que Marcos López ocupó la dirección deportiva) y, meses después, la realidad es la que es.
Restan cuatro partidos para que concluya la primera fase de la competición y la lucha por el ascenso, el objetivo único a principio de campaña, es una opción inviable. De hecho, la obligación para el Marbella es descontar el punto de distancia que tiene con la sexta plaza, que le permitiría salir de las posiciones de descenso y tener la opción de pelear, al menos, por ascender a lo que la temporada que viene se llamará Primera División RFEF (llamada en un inicio Segunda B Pro). O lo que es lo mismo, la tercera categoría del fútbol español. De no lograrlo, quedará en una Segunda División RFEF (así se llamará la actual Segunda B) que, realmente, será la cuarta categoría del fútbol español. De quedarse donde está será, realmente, como un descenso.
Pero el asunto puede ser aún peor. Y es que la RFEF reconstruirá la próxima temporada sus categorías, distribuyéndose -a partir de LaLiga SmartBank- como Primera División RFEF, Segunda División RFEF y Tercera División RFEF. Así, si finalmente pierde la categoría y cae hasta la Tercera División RFEF, circunstancia que ni mucho menos está descartada en vista del bagaje que arrastra el equipo, el Marbella pasará a formar parte de la quinta categoría del fútbol español. De pensar incluso en Primera a asomarse al precipicio de jugar en Quinta División. Esa es la realidad del Marbella, un proyecto resquebrajado que puede terminar deportivamente de la peor manera posible.
Es lo que suele ocurrir cuando se hecha a un buen entrenador y buenos jugadores y se traen amiguitos y malos jugadores, asi nos va.