La beligerancia hacia la Superliga vivió su clímax en Londres, en los aledaños de Stamford Bridge. Los aficionados del Chelsea, uno de los clubes fundadores, se dieron cita en los alrededores del estadio de su equipo tratando de impedir la entrada de los jugadores al recinto para la disputa del partido programado de la Premier League. Tal fue el tumulto que Petr Cech tuvo que bajar del autobús para pedir a los aficionados que se calmaran como se puede ver en el vídeo y el encuentro comenzó con retraso.