Los Mundiales de Fútbol siempre han sido partidos muy importantes para todas las selecciones que participan. Con el objetivo de conseguir el título, los mejores equipos compiten al máximo y la tensión que se vive en los estadios hace que cualquier error arbitral se convierta en una polémica que será recordada por siempre entre los aficionados. Al igual que en los Mundiales masculinos se han vivido momentos comprometidos, la Copa del Mundo femenina también ha tenido escándalos que cabe recordar antes de la inminente edición de Australia y Nueva Zelanda 2023.
La primera imagen que desató la polémica en el fútbol femenino a nivel mundial fue la celebración de Brandi Chastain. Todo se remonta a la final del Mundial de Estados Unidos 1999, en la que las anfitrionas tenían en su mano ganar su segunda Copa del Mundo frente a su afición.
El partido contra China terminó empate 1-1 y la victoria se resolvió en la tanda de penaltis. Chastain anotó el lanzamiento decisivo y, presa de la euforia, celebró el tanto quitándose la camiseta y quedándose en sujetador deportivo. El momento se convirtió en una imagen histórica de los Mundiales Femeninos y, al mismo tiempo, en el ejemplo de muchas mujeres para convencerse de que podían celebrar los goles como quisieran sin miedo a las críticas por su género.
"No estaba pensando en nada. Mi único pensamiento fue que era el momento más importante de mi carrera futbolística", explicó Chastain después del partido.
El Mundial de Alemania 2011 se recuerda por el partido que se vivió en cuartos de final entre Estados Unidos y Brasil, dos de las selecciones más fuertes en aquel entonces. Con el 1-0 para las cariocas, la defensora estadounidense Rachel Buehler recibió roja directa tras un choque con Marta Vieira en el que terminaron cayendo al suelo ambas.
Sin embargo, lo más surrealista se derivó de las normas que existían en aquella Copa del Mundo, ya que las expulsiones eran castigadas con una jugadora menos y un penalti en contra.
Cristiane lanzó la pena máxima, pero la portera Hope Solo atajó para salvar a su equipo de un mazazo tremendo. Cuando todas las estadounidenses celebraban la parada de su guardameta, la árbitra pitó la repetición del penalti por invasión al área antes del lanzamiento. Pese a ello, Estados Unidos logró el empate para mandar el partido a una prórroga que tampoco se quedaría corta de polémicas.
En la primera jugada, Marta Vieira marcó un gol sensacional de espaldas a la portería y el cuerpo arbitral no lo anuló pese a que la asistencia fue en fuera de juego. Finalmente Abby Wambach salvó el empate en el último suspiro y la tanda de penaltis cayó del lado de una Estados Unidos que jamás se olvidará de aquella eliminatoria.
El videoarbitraje llegó al fútbol para quedarse y tratar de garantizar la justicia en los momentos de incertidumbre arbitral a la hora de tomar decisiones clave en los partidos. La FIFA decidió probarlo por primera vez en el Mundial de Francia 2019 para tener la misma calidad en ambas categorías (el VAR ya se introdujo en el Mundial masculino de Rusia 2018). Sin embargo, la toma de decisiones no fue la idónea, ya que se aprobó implementarlo tres meses antes de que comenzase la competición, por lo que los árbitros no tuvieron mucho margen de tiempo para conocer la nueva tecnología. El partido que fue el más tenso de aquella edición fue en octavos de final entre Inglaterra y Camerún.
Las inglesas se adelantaron en el marcador gracias a un gol de Ellen White en un claro fuera de juego de Nikita Parris. La linier invalidó el gol pero el videoarbitraje deliberó que no había participado en la jugada, por lo que el tanto subió al marcador poniendo el 2-0 antes del descanso. Las jugadoras camerunesas se negaron a seguir jugando, pero su entrenador terminó convenciéndolas para seguir en el terreno de juego.
En la segunda parte Ajara Nchout marcó un gol que fue anulado más tarde en el VAR por un fuera de juego milimétrico, una situación que en aquel entonces no era motivo para recurrir al monitor. Inglaterra terminó ganando 3-0 y Camerún recordará aquel partido como una eliminación controvertida.
Sin duda la llegada del VAR trajo más polémicas que soluciones en Francia 2019. Aunque el episodio entre Inglaterra y Camerún fue el más llamativo, no debemos olvidar cómo cayó eliminada la selección española por las decisiones arbitrales.
Aunque el primer penalti que cometió Mapi León fue claro, la segunda infracción no fue tan clara. Con el empate en el marcador, el protagonismo iba a caer en una acción entre Virginia Torrecilla y Rose Lavelle. En un balón muerto dentro del área de España, la centrocampista despejó un balón con la bota a media altura, impactando después levemente en la pierna de la atacante estadounidense.
Katalin Kulcsar, colegiada del encuentro, decretó la acción como penalti a favor de Estados Unidos a pesar de que acudió al VAR ante lo dudosa que era la acción. Virginia, frustrada por la derrota de La Roja, explicó la jugada para demostrar su inocencia: "Yo iba a por el balón, en ningún momento tenía intención de hacerle falta. He tocado primero y luego ha venido ella por detrás".
Estados Unidos destacó en el pasado Mundial por los problemas internos en el propio país entre la capitana del equipo Megan Rapinoe y el presidente del gobierno en aquel entonces, Donald Trump.
Todo comenzó con las declaraciones de la futbolista, quien meses antes de empezar el Mundial de Francia no iría a la Casa Blanca si ganaban la Copa del Mundo. Ante ello, Trump la atacó públicamente en redes sociales y sus partidarios le deseaban el mal por ser un icono LGTBI y feminista. Sin embargo, nada le afectó ya que le sirvió como una motivación.
En el partido de cuartos de final contra Francia, Rapinoe anotó y festejó simulando una estatua, una celebración que también hizo en la final frente a Países Bajos y que se convirtió en un momento histórico que sacudió la política y el fútbol estadounidenses. Después de ganar el Mundial, la jugadora confirmó que se trataba de un mensaje directo a Trump: "No fue mi celebración, personalmente, no fue sólo para mí. Fue que ni tú ni nadie nos quitará la alegría. No nos quitarás nuestra pasión, no nos robarás esto y no nos quitarás nuestra felicidad. Vamos a levantarnos con una sonrisa, con todo el pecho expuesto y exponerlo todo. Esto es lo que queremos. quiero que sea el mundo. Es el tipo de sinceridad, vulnerabilidad, pasión y alegría desenfrenada que queremos en el mundo. Sentí que lo estaba haciendo con todos y para todos".