La historia que une al Levante y el Tenerife: el fichaje de Sergio Ballesteros
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El Levante UD visitará Tenerife con motivo de la jornada 12 de Segunda División. La visita granota viene mermada por las bajas de Álex Muñoz y Fabrício en el partido que les midió al Racing de Ferrol. El historial va en contra del club de Orriols, con 11 derrotas, seis empates y tres derrotas en el Heliodoro Rodríguez López.
El vínculo entre las dos entidades va más allá de los resultados. Es el caso de la historia de cómo Sergio Ballesteros, ex capitán e ídolo granota, se quedó en Tenerife para fichar por el equipo canario tras caer eliminado en un duelo entre ambos clubes en Copa del Rey.
La historia del fichaje de Ballesteros por el Tenerife
En la temporada 1995-96 se midieron Levante UD y Tenerife en la tercera ronda eliminatoria de Copa del Rey. La realidad de ambos clubes era dispar en la época: los levantinistas estaban en Segunda División B y los tinerfeños en una de sus épocas más gloriosas en Primera División. La ida se disputó en el Ciutat de Valencia y terminó con una victoria por 1-0 del conjunto granota.
En la vuelta los insulares remontaron la eliminatoria con un 6-1 en el marcador. En aquel momento, Sergio Ballesteros enfiló el camino de vestuarios con la equipación granota a sabiendas de que su destino aquella noche era firmar por el Tenerife.
No siguió al resto de la expedición del Levante en su regreso a la capital del Turia. Firmó tras aquella eliminación copera y se quedó en Tenerife con lo puesto, como ha hecho saber en alguna entrevista: "Tuve que comprar ropa para poderme cambiar. Estuve varios días en Tenerife solo hasta que pude regresar a Valencia".
No se sabe con certeza en qué momento comenzaron los intereses del Tenerife por Ballesteros. Los mentideros cuentan que Jupp Heynckes, entrenador del club insular en aquella temporada, envió a parte de su equipo técnico a supervisar al Levante en los duelos previos al enfrentamiento de Copa del Rey. En esa inspección destacó sobremanera el central azulgrana.
La despedida del defensor fue un duro golpe para la entidad granota, pese a que consiguiera el ascenso a Segunda División al final de la misma temporada. No obstante, su vínculo con el Levante no finalizó aquella noche y el tiempo propició una relación de otra dimensión como capitán e icono del club.