La Superliga Europea continúa intentando hacer saltar por los aires los valores históricos del fútbol pese al rechazo generalizado de todos los estamentos del deporte. La perseverancia de sus promotores en forzar esta alternativa secesionista la ha convertido ya en un ataque directo a la esencia del fútbol, cimentado sobre todas las cosas en el impacto negativo que tendría sobre las ligas domésticas y sus clubes.
La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de la pasada semana ha sido aprovechada por los impulsores de la Superliga Europea para reafirmarse en su viabilidad, aunque el texto no sustente en ningún modo esa interpretación. Al contrario, el tribunal europeo resalta que “UEFA y FIFA deben establecer criterios objetivos, transparentes y no discriminatorios en sus normas de autorización de competiciones internacionales. Una competición como la del proyecto de la Superliga no debe ser necesariamente autorizada. Al habérsele planteado cuestiones de carácter general acerca de las normas de la FIFA y de la UEFA, el Tribunal de Justicia no se pronuncia, en su sentencia, sobre ese proyecto específico”.
LALIGA considera que “queremos mostrar nuestro total apoyo a la UEFA como órgano regulador. UEFA lleva 69 años organizando el fútbol europeo y se ha ido adaptando a la realidad económica y deportiva del fútbol. La sentencia no supone en ningún caso el reconocimiento de la Superliga, como se ha intentado trasladar de manera engañosa, sino que, al contrario, la misma señala expresamente esa falta de reconocimiento”.
Tal como se apunta desde la organización deportiva, “el nuevo formato presentado por A22 (la empresa organizadora) continúa siendo una competición elitista, que no es abierta y de hecho es más cerrada que la propuesta en 2019 que ya fue rechazada por el fútbol europeo, sus clubes y sus ligas. Son tres categorías y las ligas nacionales sólo tenemos acceso a la tercera categoría. Todo lo que no sea un acceso directo totalmente abierto, es cerrado o semicerrado. Este formato continúa perpetuando la participación de unos pocos privilegiados, restringiendo la cima del fútbol europeo a una élite privilegiada, en lugar de un deporte abierto para todos”.
La Superliga Europea va mucho más allá de un formato de competición: supone que unos pocos clubes privilegiados se arroguen el poder de decidir por el conjunto del fútbol europeo, lo que conllevaría consecuencias económicas irreparables. En este sentido, el informe pericial elaborado por KPMG arroja conclusiones alarmantes, ya que, sólo en España, un proyecto como el de la Superliga Europea provocaría la pérdida de un 55% de los ingresos globales de LALIGA y los clubes, y pondría en riesgo una industria que genera más de 194.000 empleos y 8.390 millones de euros en impuestos al año; el equivalente a un 1,44% del PIB del país. Las ligas nacionales (representan a 1.554 clubes profesionales) y las asociaciones europeas son el motor de esta industria, y uno de los pilares básicos del sistema deportivo y económico de fútbol (representan más del 75% de sus ingresos).
No obstante, no se trata sólo de una cuestión económica, sino de la destrucción del sueño de los clubes. La pasión que el fútbol genera en los aficionados se basa en la clasificación directa por méritos deportivos a través de las ligas domésticas y esto no se contempla para este formato de competición elitista que propone la Superliga. De esa forma, se destierra la posibilidad de que equipos españoles como la Real Sociedad, el Villarreal CF, el Granada CF, el Real Betis o el Sevilla FC, entre otros, hagan realidad el anhelo máximo de sus seguidores.
Lo mismo ocurriría con otros europeos de gran tradición futbolística como el AFC Ajax, el FC Oporto, el AS Monaco, la AS Roma o el Leicester City, que no podrían ni imaginar haber materializado sus sueños deportivos como lo han conseguido en las últimas temporadas bajo la estructura actual que auspicia la UEFA, y que lo basa todo en los méritos deportivos. Esa excelencia lograda por estos equipos en sus ligas domésticas traducida en acceso directo a las competiciones europeas es lo que se tambalea ahora.
A22 hizo público el modelo que tendrá la competición tras conocer la sentencia del TJUE. Propone un sistema de ascensos y descensos entre las 3 divisiones. Este modelo sólo permite que dos clubes de cada categoría puedan ascender y descender. Las ligas domésticas solo darían acceso a 20 clubes para competir en la tercera división (sobre un total de más de 1.500 clubes profesionales europeos). Por ejemplo, si el Girona FC acaba ganando LALIGA EA SPORTS esta temporada, sólo tendría acceso a la 3ª división del formato que propone la Superliga, o, si al finalizar la temporada, el Girona acaba entre el segundo o el cuarto clasificado en LALIGA EA SPORTS, no tendría acceso directo a la Superliga.
El premio a la meritocracia se elimina, lo que se ha traducido en el rechazo generalizado de todos los clubes. Equipos que se han ganado a pulso estar cada temporada en los torneos continentales como el Real Betis lo ejemplifican y su postura queda clara en palabras de su CEO, Ramón Alarcón: “El problema de la Superliga es que aboca a la mayoría de los clubes a no jugarse nada. Se acaba la emoción, el drama de luchar en cada partido, de que cualquier rival te pueda ganar. No creo que pudiera funcionar un modelo así. No dejará de existir el fútbol como lo hemos concebido históricamente. Los ingleses y los alemanes ya lo han dejado claro. La Superliga Europea no es una amenaza real. No va a matar el fútbol”.
Por su parte, el vicepresidente primero del Sevilla FC, José María del Nido Carrasco, apunta: “Lo primordial en el deporte y en el fútbol es la meritocracia. Que una serie de clubes tengan que estar en una categoría por el mero hecho de tener un nombre u otro ya corrompe la competición. Las bases de la Superliga son elitistas. El efecto sería nefasto para todos los aficionados. El fútbol puede tener mejoras y evolucionar, seguro, pero el modelo de la Superliga no es el camino, la Superliga lo ahogaría. No creo que pueda llevarse a cabo”.
Las reacciones de todos los estamentos a la sentencia del Tribunal Europeo no se han hecho esperar y en la última jornada del año 2023 en LALIGA EA ESPORTS y en LALIGA HYPERMOTION ya se ha oído alto y claro qué opinan los clubes, en la línea de una iniciativa compartida con todas las ligas domésticas, además de la UEFA y la FIFA. Todos se han adherido al lema ‘Earn it on the pitch!’, que en LALIGA se ha traducido al español (‘¡Gánatelo en el campo!’). Esa frase ejemplifica el rechazo frontal de aficionados, jugadores, clubes, ligas, gobiernos estatales, instituciones europeas y organismos futbolísticos a que un proyecto como el de la Superliga intente cambiar el fútbol tal y como se ha concebido en los últimos siglos.