Las categorías más bajas del fútbol formativo deberían de ser para que los niños aprendan y disfruten, y sobre todo no lo pasen mal. Eso es lo que tuvo que pensar José García Ferrer, el árbitro de un partido de fútbol prebenjamín de Preferente Sub7 en Palma de Mallorca.
El colegiado había señalado mano del portero al agarrar el balón fuera del área. Entonces, el niño se doy cuenta y entregó el balón al árbitro. Sin embargo, el juez del partido se dio cuenta de que el niño comenzó a llorar y tuvo un gesto más que bonito con el joven guardameta. Así lo reconoció en ElDesmarque de Madrugada: "Él se da cuenta de que ha cometido un error y yo me doy cuenta de que poquito a poquito le empieza a salir unos lagrimones enormes", señaló añadiendo que "el chico tiene maneras de portero para ser tan pequeñito".
Por lo que, su reacción fue "agacharme y darle un abrazo". Una acción que vieron el resto de los niños que disputaban el partido que le preguntaron, con total inocencia, qué había sucedido. "Fíjate lo inocentes que son que no saben lo que ha pasado", explicó sobre este momento. En este sentido, el árbitro señaló que "mi manera de verlo es que es mejor parar el partido y explicárselo", en referencia a la situación que se vivió en el encuentro y que llevó a que el guardameta comenzara a llorar fruto de su error en el campo.
El colegiado reincide en este aspecto explicando que "si fuera padre", le gustaría que alguien actuara de la misma manera: "Me encantaría que hubiera una persona, que estuviera cercano a ellos, hablándoles bien"
Las imágenes del partido son de actualidad futbol base