Mucho cambió el físico de Adama Traoré desde que vistió por primera vez la camiseta del FC Barcelona hasta que volvió al equipo en 2022. Sus imponentes brazos, sus musculosas piernas y su enorme potencia corporal asustan a cualquiera, aunque también maravillan a aquellos que no tienen que hacerle frente dentro del terreno de juego.
El pasado sábado, el Fulham, equipo en el que milita desde agosto del año pasado, visitó al TSG Hoffenheim en un encuentro de pretemporada y el momento que dejó el delantero español con un recogepelotas alemán no tiene desperdicio.
El chico se acercó a Adama al término del encuentro y, ni corto ni perezoso, le pidió palpar sus músculos cuando enfilaba el túnel de vestuarios. "¿Puedo tocar tus músculos?", le pregunta el joven.
"Sí, claro. Hazlo", responde amablemente el atleta.
La cara de sorpresa y risa de Traoré se queda corta al lado del gesto de impresión del trabajador del Hoffenheim, que no puede evitar echarse las manos a la cabeza después de posar sus manos sobre los bíceps del '11' del Fulham.
Adama Traoré no tuvo una temporada fácil el año pasado en Inglaterra. Con contrato hasta el final de la temporada que ahora va a comenzar, el nacionalizado por España no vería con malos ojos abandonar el Fulham este mismo verano y en Barcelona podría encontrar su próximo destino.
Y no, no va a volver al Barça. Sino que es el Espanyol el club que podría estar interesado en hacerse con sus servicios. El conjunto perico vuelve a la categoría de oro del fútbol español y quiere hacerlo por todo lo alto. Para ello, un fichaje como el de Traoré podría aportarle una verticalidad impresionante.
Actualmente, su valor de mercado ronda los 9 millones de euros, lejos de los 40 'kilos' que llegó a tener hace unos años. Desde luego, su status ha cambiado, pero, sin duda, en caso de llegar al RCDE Stadium, algún recogepelotas más se quedaría anonadado con sus músculos.