Los conflictos políticos muchas veces influyen en el mundo del fútbol, y esta vez está salpicando en la Champions Asiática a raíz de la guerra de Oriente Medio. Después de que hace unos meses vimos a Paco Jemez huyendo del país iraní por amenazas israelís, ahora ha querido negarse a estar en fuego cruzado el Al Nassr de Cristiano Ronaldo.
Y todo radica en la celebración de un partido de la Liga de Campeones del próximo 22 de octubre ante Esteghlal con razón de la tercera jornada que está previsto que se juegue en Teherán, capital de Irán. Un terreno muy peligroso que está bajo amenaza de bomba y que supone un gran riesgo para el club saudí, quién ya se ha movido para que no se celebre el partido en dichas condiciones.
Según han podido saber medio nacionales españoles como Marca y As, el equipo de Cristiano se niega a jugar salvo que se dispute en un terreno neutral donde no se corra peligro, algo que planean solicitar a la Confederación Asiática de Fútbol en los próximos días.
Si que es cierto que en Irán se sigue jugando las competiciones nacionales e internacionales como el Sepahan de Irán y el Istiklol Dushanbe de Tayikistán o el Persépolis de la capital contra el Pajtakor de Uzbekistán por la Champions Asiática, aunque todo ello mientras en el cielo se podían ver los misiles del ejército iraní. Un escenario ya habitual en el país que no ha frenado que se siga jugando al fútbol profesional.
Mientras tanto, Cristiano Ronaldo sigue a lo suyo. Con 904 goles en su cuenta personal tras su último tanto el pasado lunes ante el Al-Rayyan, el delantero luso quiere que la Champions Asiática después de haber caído la temporada pasada en cuarto de final ante el Al-Ain en la tanda de penaltis.
En lo que va de campeonato suman cuatro puntos tras haber empatado en la primera jornada al Al Shorta de Iraq (no jugó el portugués) y la victoria mencionada antes, siendo el cuarto en la conferencia oeste. El Al Nassr quiere darle otra Champions a Cristiano, pero garantizando la seguridad del equipo y de los aficionados.