Athletic Club | 0 | 3 | F.C. Barcelona |
Asís Martín | Enviado especialSe insistirá ahora en que el Loco es un 'pierde finales', pero hoy es justo reconocer que el Barcelona, aún de Guardiola, es mejor equipo y esta derrota entraba en todas las previsiones. Pero sí hay varias sensaciones. Que el curso se ha hecho eterno para esta plantilla y habrá que buscar refuerzos para rotar. Además, que varios gallos del equipo deben hacer autocrítica. No se les ha visto en ninguna de las dos finales. También el técnico deberá darle una vuelta a temas como la portería, los goles encajados o que sus hombres sean más maduros. Pasado el dolor y olvidada la gabarra, lo cierto es que ha sido una gran temporada. El sentimiento Athletic ha recogido fuerza para muchos años.
En el palco, tras tanto lío, no estuvieron presentes ni el rey ni la incendiaria Esperanza Aguirre, aunque sí hubo recuerdos para la presidenta y los elefantes. Por su parte el Athletic sorprendía con un once sin Anders. Intranquilizaba horrores que ni Herrera ni Iturraspe fueran de la partida, tomando Ekiza e Ibai su plaza. De hecho Itu no estaba ni convocado por una gripe.
Con dudas por la ausencia de dos pesos pesados del medio campo el partido empezaba fatal, peor que en Bucarest incluso. Porque enfrente estaba el Barcelona, claro. Peor no se podía poner el guión de la final. Con dos ocasiones claras de Messi y Pedro, que ya se animaba y hacía el primer gol en el 2' con un Iraizoz flojito. El equipo volvía a estar sin rumbo ni esencia. Desdibujado.
Sucumbía a la presión del Barça, era incapaz de construír y dejaba huecos. En el 15' Iraizoz sí salvaba con un paradón un tiro de un Messi al que se veía motivadísimo por el adiós de Guardiola. Los de Bielsa sufrían sin balón y encajaban el segundo, obra del argentino, tras dormirse Amorebieta. Que mal día para dejar de fumar, que diría Jhon McLane.
El 0-3 de Pedro en el 24' amenazaba con provocar suicidios en una afición rojiblanca que ha vuelto a estar muy por encima del equipo. Y si ya Borbalán se traga un penalti y expulsión como el de Piqué a Llorente en el 27', dan ganas de irse del campo. ¿Y este era el elegido para pitar una final que veían 161 países por televisión?
Hundido moralmente los nuestros pedían el auxilio del descanso fundidos por correr tras la pelota ante un gran Barça. El Athletic moría goleado y en la indefinición de si tocarla o jugar en largo. Nada parecía funcionar. Menos mal, pese al dolor moral que eso provoca bla-bla-bla..., que los catalanes han levantado el pie del acelerador. El problema con tanto tiempo por delante era acabar con once porque la sangre de perder dos finales en 21 días se tiñe y se pone negra.
En la reanudación entraban Herrera e Iñigo Pérez por los desaparecidos en combate Susaeta y De Marcos. Este por cierto empeñado en resbalarse... ¿otra vez el rollo de las botas? Ibai la tenía en el 52', la primera ocasión clara de los leones. Pero el estigma de cinco partidos sin marcar estaba presente. El Athletic ha llegado fundido al final de curso y habrá que tomar medidas. Tanto en el mercado como en las ideas 'rotatorias' de Bielsa ya que el año que viene hay que volver a afrontar tres competiciones.
La entrada de Toquero por un enfadado Llorente, no se sabe si puede dejar heridas abiertas, afectar a su renovación..., pero lo cierto es que daba por concluída una final que apenas duraba 20 minutos. En el 76' Aurtenetxe fallaba a bocajarro un buen centro de Ibai. No había manera de acertar, pero la final bien podía ir 2-3 y estar abierta. La segunda parte se ha hecho eterna, con el Barça sesteando, el Athletic tocado y su maravillosa hinchada con los ojos tristes. Habrá que esperar otro año para sacar la gabarra. Al menos Guardiola no estará en el Barça, no se le ha ganado en 14 partidos. Algo es algo para empezar a ilusionarse de nuevo. Hay equipo, hay afición y otra vez mucho hambre por levantar un título con una filosofía única.