Iñigo Pérez ha recuperado la sonrisa. Por fin ha logrado sentirse integrado en el Athletic tras el tremendo palo recibido con su descarte del primer día de la pretemporada. "Lo más difícil lo hemos conseguido, que era dar ese paso de estar apartados a pertenecer al grupo y ser uno más. Por mi parte, solo pienso en ir entrenando, cogiendo minutos y ser partícipe de esta dinámica tan positiva que lleva el equipo".
El día más complicado fue, precisamente, cuando Bielsa le transmitió que no contaba con él y que desde ese momento quedaba apartado del trabajo del grupo. "Llevas todo el verano deseando volver a entrenar, a ponerte las botas, y te entra un bajón que cuesta, pero tanto Koi como yo lo hemos llevado bien y lo hemos intentado superar", apunta.
Hasta el punto que el centrocampista navarro tuvo la oportunidad de participar en el épico encuentro disputado ante el Barça en San Mamés. "Más que un guiño hacia mí, pienso que él vio como estaba el partido y creyó que el equipo necesitaba algo que igual pensaba que yo tengo. Ahora hay que trabajar y esperar que el míster siga contando conmigo".