Cada uno de estos elementos tiene unas dimensiones de 5,40 metros de altura por 1,20 metros de profundidad, y su principal característica es la de estar torsionados para producir el efecto singular que se pretende para la fachada, que dotará de una imagen especial al edificio, a la vez que permitirá la permeabilidad requerida para los espacios de circulación detrás del graderío. Cada uno de los diez elementos está formado por un bastidor cilíndrico de acero que enmarca una lámina de ETFE.
Una muestra a escala de esta fachada ya ha sido sometida a las pruebas del túnel del viento en Londres con excelentes resultados. El prototipo permitirá a los arquitectos e ingenieros probar, validar e implementar las medidas técnicas y estéticas que sean necesarias para la consecución de los objetivos finales que harán del diseño del nuevo campo de San Mamés un nuevo icono para el Athletic Club.