Llorente manda al Athletic a la final de Bucarest (3-1)

Un ambiente electrizante recibía a los protagonistas. Era una de esas noches históricas y memorables de la vieja Catedral. La afición había acompañado a los leones en su periplo para transmitirles al oído su sueño de ganar un título europeo. Dávid López lo remarcaba en su Twitter: "Casi no hemos podido llegar a San Mamés".
La cosa olía a épica por todos los costados y la frase más oída era "pasamos seguro, en San Mamés no podemos fallar". Luego curiosamente con el que hablabas más en serio te decía que tenía "más nervios que un mal filete".
Conocida la ausencia de Oscar De Marcos, Muniain ocupaba de inicio su plaza bajando al medio campo. En los lisboetas reaparecía 'Matigol' y salía en el once Pereirinha ya que el talentoso Izmailov era baja.La motivación lusa no era manca vista la entrada de Matías a los dos minutos a Herrera. Aquí había menos regalos que en un concesionario Ferrari.
Llorente tuvo la tímida primera ocasión en el 8' en un balón largo. Los de Sá Pinto trataban de taponar el fútbol combinativo del Athletic, pero Muniain casi se les cuela hasta la cocina en el 10'. Justo después el riojano caía en el área, pero el trencilla inglés vió piscinazo. El dominio ya era claro e Ibai disparaba a las manos del portero en el 16'.
¡Y el deseado gol llegó pronto! Susaeta boleaba en semifallo un pase de pecho de Llorente, aunque la jugada nacía en Herrera. 1-0, nervios soltados y Bucarest más cerca. Los portugueses lejos de amilanarse se han ido arriba con todo y Pereirinha ha podido marcar de cabeza en el 20'. Capel volvía a dar la guerra de la ida, y Gorka salvaba milagrosamente un remate de Polga en un córner en el 32'.
Pero los de Bielsa estaban más puestos y frescos que en Alvalade y el choque iba a enloquecer. En el 39' Ibai ha tenido el segundo, pero no hizo bien el gesto en un balón servido por Iraola, y Llorente perdonaba nuevamente en el 41' ante Rui Patricio. Así que fue el 'lobo' Ricky el que aprovechaba esos regalos para hacer la igualada en el 43'. Vuelta a empezar suspiraba la tribuna. Pero Ibai se sacaba la espina y cruzaba un gran servicio de Llorente para poner el 2-1 justo al borde del descanso. Alivio y alegría a partes iguales para el graderío. "El minuto del gol psicológico", celebraban.
Lo mejor del intermedio fue el homenaje de la afición lusitana a Iñigo Cabacas. Pero según pitó el inglés se volvía a la batalla en el césped con Carriço saliendo por Matias Fernández. El primero que golpeaba era Susaeta con un chutazo que sacaba el portero y seguido Javi Martínez cabeceaba al palo en el córner botado. Se volvía a demostrar que los de Sá Pinto por arriba son flojísimos. No así chutando porque un obús de Insua se íba al poste en el 54'.
La cita íba hacia la prórroga once contra once porque el árbitro no vió o quiso sacar la segunda amarilla a Carriço por un recado a Muniain. Se ha producido un impass antes de encarar la txanpa final donde solo se veía un cabezazo de Llorente demasiado centrado. Había dado los dos goles pero no estaba fino en la definición. En la grada los nervios ya eran calambres y había cola en los desfibriladores. En el césped los leones pedían oxígeno porque Bielsa no metía cambios por los tres de 'os leoes'. Pero el rey león siempre acude. En el 88' marca el 3-1 tras un jugadón de Ibai Gómez. ¿Quién dice que a Llorente no hay que darle hasta el Guggenheim? ¡¡No te vayas nunca!!
En el último segundo el Loco protegía a Muniain de una posible suspensión, mientras Iraizoz lideraba la perdida de tiempo final. Bucarest bien valía el sufrimiento físico y psíquico. Ahora el Atlético de Simeone espera ese 9 de mayo histórico. Allí se jugarán la UEFA los colchoneros y el club que les fundó, el Athletic.