Más allá de su propia marcha dejando una fortuna, eso sí, al aficionado le duelen las formas: el paraguas, la noche, el silencio, la furgoneta, y lo de este jueves no ayudará a pasar el amargor. Sorprende, de hecho, tras su total mutismo que afirme que "la relación con el Athletic es excelente, solo hay que entender la mentalidad vasca para saber por qué se tardó tanto tiempo en solucionarse". Ni Rumennigge o Hoeness, vamos.
El navarro se ha referido también a la presión añadida de ser el fichaje más caro de la historia de la liga germana: "Es verdad que es mucho dinero. Pero para mí no va a ser presión, va a ser motivación", ha comentado, "voy a ser fuerte y a aguantar todo lo que venga".
De fin de fiesta Javi Martínez dejaba el guiño populista servido al más puro estilo al de la visita de J.F. Kennedy a Berlín en la época del Muro de la vergüenza: "Quiero decir algo en alemán: Ich freue mich, beim Bayern München zu sein". Algo así como que "me alegra estar en el Bayern de Munich", y la guinda de que "estoy deseando jugar y luchar por esta camiseta". En ella llevará el número 8.
Por su parte, Heynckes no ha querido revelar cuando se entrenará por primera vez con el Bayern ni si estará en la convocatoria para el partido del domingo contra el Stuttgart, argumentando que "Javi tuvo una temporada dura con el Athletic, jugó dos finales, después estuvo en la Eurocopa y en los Juegos Olímpicos, necesita un poco de tranquilidad". El ex mister de los leones ha anunciado que la semana que viene hablará con Vicente del Bosque, para pedirle que permita que, en la próxima llamada internacional, el jugador se quedé en Múnich para acelerar su adaptación.