Los rojiblancos han comenzado con su habitual esquema de cuatro defensas. Era un encuentro de toma y daca en la medular. Sin apenas profundidad en el juego de ambos equipos. Hasta que, aproximadamente diez minutos después del pitido inicial, Bielsa ha decidido mover sus fichas. Ha construido una zaga de solo tres centrales. Iturraspe, Gurpegi y el recién reaparecido Amorebieta. Iraola e Isma López se han colocado como carrileros. Y, precisamente, un error de marcaje del delantero reconvertido a lateral ha dado lugar al primer tanto periquito. Era el minuto 18.
El equipo bilbaíno seguía desorientado, pero el argentino se ha mantenido en sus trece. Y los problemas se han multiplicado. El Espanyol cada vez presionaba más arriba, muy cómodo, aprovechando los errores de los 'mareados' jugadores rojiblancos. Un amago de centro de Amorebieta, haciendo de extremo, ha propiciado una contra que ha podido costar el segundo. Pero Longo ha hecho lo más difícil, echarla fuera. Pero al filo del descanso ha llegado el anunciado 2-0. Un tiro del joven italiano lo despejaba muy justo Iraizoz y Verdú se aprovechaba del rechace para marcar tras una nueva descoordinación de movimientos de los leones atrás.
La charla del descanso ha servido para animar a los leones, que se han lanzado al ataque. Pero el caos táctico se ha mantenido. Se ha podido ver en un momento puntual a Iraola, más centrado, en posiciones de delantero centro. El tanto de Aduriz, a pase de Ibai, ha metido a los bilbaínos en el partido. El Athletic se ha lanzado hacia la meta contraria con más corazón que cabeza. Llorente, recién ingresado al campo, ha colocado el empate. El partido seguía roto. Y en una contra ha llegado el 3-2. Pero los bilbaínos aún no habían dicho la última palabra. Un golazo de Aduriz devolvía las tablas a un partido loco donde los haya.