El centrocampista de Abadiño, el domingo reconvertido a central, asume que el principal problema es la sangría de goles encajados. Un problema en el que están trabajando, y que a su juicio no se explica por los constantes cambios de posiciones. "Es cierto que ha habido varios cambios, pero ese no es el problema. Los jugadores tenemos adaptarnos a eso", asume, antes de añadir que "cuando encajamos goles y cuando los metemos los responsables somos todos. Los cambios de posición no me valen de excusa, por ese lado no hay problema".
En Cornellà, a su juicio, tampoco sufrieron tantas ocasiones en contra, pero los periquitos supieron aprovechar sus bazas. "No sé cuántos tiros nos hizo el Espanyol, pero no creo que fueran muchos. No recuerdo ningún paradón de Gorka como en otros partidos en los que nos ha salvado", concluye.