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El secreto de los cabezazos 'made in' Aduriz

Aritz Aduriz, delantero del Athletic, tiene una depuradísima técnica del remate de cabeza que le permite superar al más alto de los defensas rivales pese a su 1'82 metros de estatura. El donostiarra siempre ha conocido sus limitaciones para el juego aéreo, en desventaja con sus compañeros más altos.
Pero desde pequeño se empeñó en hacer de este tipo de remates una de sus principales virtudes. Le encantaba. Hasta el punto que sus goles con la testa, como el primero de Cornellà o el del 6-0 sobre el HJK en San Mamés, se han convertido en una de sus más marcadas señas de identidad. "Es práctica, práctica y práctica", asegura. 
Parece que se pare el tiempo cuando el donostiarra se queda suspendido en el aire, marcando cada tiempo del remate de forma perfectamente apreciable. "Supongo que cada uno tiene sus cosas desde pequeño. Nunca he sido muy alto, me gustaba darle de cabeza y es práctica, práctica y práctica. En los entrenamientos lo vas mejorando. A veces no es tanto saltar muy alto como cogerla en el sitio más alto donde sabes que puedes llegar, sincronizar el salto también es importante", desvela en una amplia entrevista concedida a Mundo Deportivo.
El ariete recuerda que "es un centro lateral que pone muy bien Ibai. Partí un poco en fuera de juego y, antes de que le pegara Ibai, la defensa se retrasó un poco, lo que me permitió estar en posición legal, el balón vino a mí y pude rematar". Más espectacular, e inerperado, fue el voleón que enganchó para el 3-3 definitivo. "Fue una jugada rápida, Susaeta centró un poco hacia atrás, no había otra forma de darle y, por suerte, pasó entre un montón de gente y entró", celebra.

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