No fue el partido ante el Granada, que llegaba mermado por numerosas bajas, como para enseñar, como los de Osasuna o Valencia, pero sí que el triunfo se disfrutó igual.
O incluso más esperando a que Del Cerro Grande, que se había comido tres posibles penaltis en área nazarí, pitara el final cuando ya había expulsado a Markel Susaeta por doble amarilla.
Si el nuevo sistema con tres centrales y dos carrileros no terminó de funcionar redondo lastrado por decenas de pases errados, al menos se festejó el récord goleador de Aritz Aduriz. Después de ocho jornadas sin mojar el donostiarra sumaba su diana 12+1 con dedicatoria especial para su hija Yara.
Esperemos que siga la racha el próximo lunes en Sevilla y se pueda dar carpetazo en breve a una campaña para olvidar. La salida entre silbidos de Llorente al campo a estas alturas hace pensar en que llegarán tiempos mejores y más tranquilos para todos.