en determinados momentos, empezaba a recuperar las buenas sensaciones. Pero esto no fue suficiente para recuperar el puesto en detrimento de Ibai Gómez, que arrastra molestias en el pubis, para el partido del lunes. De hecho, fue protagonista de un hecho poco habitual en el fútbol. Salió desde el banquillo para ser sustituido apenas veinte minutos después sin mediar lesión alguna.
La secuencia del inesperado cambio fue la siguiente. Ibai, que acababa de asistir a Aduriz en el 1-0, se quedó tendido en el suelo durante la celebración, regresó al campo propio cojeando y con gestos de dolor en la zona que tiene dañada. Pidió un relevo al banquillo. Y Bielsa no se lo pensó. Antes del saque de centro le dio descanso e introdujo a Muniain en el partido. Era el minuto 68. Diez después, refrescó más el ataque con la entrada de Llorente por Aduriz. Pero en el 80 se produjo una jugada que lo cambió todo. Susaeta vio la segunda amarilla, los leones se quedaron en inferioridad y llegaron los agobios a las inmediaciones de la portería de Iraizoz.
Era el momento de apretar los dientes. De juntar líneas para proteger el resultado. La misión parecía bien encaminada hasta que llegó una jugada clave. De Marcos, que estaba cerrando el flanco izquierdo de la zaga, centró su posición para apoyar a sus compañeros cuando el ataque estaba volcado por la derecha. En ese momento hubo un cambio de juego, y un rival aprovechó el carril para recoger la pelota solo y generar peligro. Muniain y Llorente, cerca de la divisoria, podían haber bajado a cubrir el hueco, pero no lo hicieron. E instantes después, aprovechando un parón del juego por el manotazo que tumbó a Muniain, Bielsa le mandó a la ducha para sacar al aplicado Toquero. Apenas había durado 21 minutos sobre el césped.
"No lo cambié por no bajar a defender. De hecho, me apena mucho tener que sustituir a un jugador recién ingresado, porque no es sencillo asimilarlo. Pero el sector derecho de Rico y Angulo nos estaba dañando y las soluciones eran que Llorente hiciera de volante ofensivo o que Muniain no se desplazara de la izquierda al centro, como suele hacer, pero ni Llorente es volante ofensivo ni Muniain puede evitar moverse con libertad, estábamos con diez y tomé la decisión porque pensé que era lo que nos iba a ayudar a conservar el 1-0. Muniain no salió del campo por estar golpeado, sino que aproveché eso para inclinarme por él y dejar a Llorente", fundamentó Bielsa, antes de pedirle "disculpas" al navarro por el disgusto que le puede haber ocasionado el cambio, pero añadió que "en ese momento pensé que era lo que debía hacer".