del once en la recta final de una campaña que ha visto transcurrir desde el banquillo. Esa falta de continuidad se ha notado sobre el terreno de juego.
La escasa conexión con sus compañeros ha sido su principal déficit. Ni él les encontraba a ellos ni ellos a él. Primero el ariete no ha visto a Ibai, solo, a su derecha, en una jugada en la que ha optado por meterse por el centro, entre tres defensas, para terminar con un forzado tiro de puntera que se le ha ido fuera. Después, ha sido el de Santutxu quien no le ha visto cuando tenía una mejor posición de remate. Llorente también ha decido hacer la guerra por su cuenta en una peligrosa llegada. Tenía tiro con la zurda, pero ha elegido el regate en busca de una mejor posición y se ha acabado rodeando de contrarios. Tenía a Muniain a su izquierda.
El delantero ha puesto de su parte, pero la falta de ritmo se ha notado. En lo que respecta a las labores defensivas, especialmente en la estrategia, Negredo ha superado su marca en el tempranero de gol del Sevilla. Aunque es de justicia señalar el gran saque de Rakitic y el movimiento del punta sevillista.
El balance no ha sido lo suficientemente satisfactorio para Marcelo Bielsa, que en el descanso ha decidido dejarle fuera y sacar a Aduriz en su lugar.