La portería del Athletic es un sitio peligroso. Iraizoz ha vuelto a la titularidad tras los errores de Iago Herrerín ante el Celta en San Mamés. Carne fresca para las tertulias... ¿Castigo? ¿O ante el nivel relativamente parejo no hay un titular fijo? Sólo el Txingurri sabe lo que piensa. Pero el run-run coge gasolina pronto, y es que ya en la primera jugada en el Prat casi se arma...
Sea como fuere hay que resaltar que, aparte de lo de Iraizoz, el técnico ha optado por un once más físico y menos virtuoso que el planteado ante los gallegos. Una mutación que empieza a ser habitual vistas las dos últimas salidas a Madrid y Barcelona. Pero aunque hoy se han hecho dos goles y birlado un penalti no se puede decir que haya dado resultado. Se han encajado seis tantos y el poso dejado no ha sido mejor que los cero puntos cosechados en ambos.
El árbitro ha estado nefasto, comiéndose una mano de escándalo y otorgando un tanto dudoso, pero hay que hacer autocrítica. Algunos futbolistas como Aduriz o Rico no están en forma, la dupla Gurpegui-San José chirría y otros como Laporte sufren para jugar donde no están preparados. ¿Resumen? Si bien las lesiones están fastidiando muchas posibles soluciones, falta contundencia en ambas áreas con lo cual, de momento, lo de la zona Champions hay que aparcarlo.
Espanyol: 1-0. min. 24. Victor Sánchez, 2-1. min. 49. Víctor Sánchez, 3-1. min. 66. Sergio García
Decisiones técnicas unidas a la acumulación de tres partidos en esta semana inducían a Ernesto Valverde a tirar de fondo de armario. Hasta cuatro novedades hubo. Aparte del citado cambio en la portería, se han quedado fuera Morán, Susaeta y Ander Herrera, entrando a reforzar la medular Rico e Iturraspe, quedando el carril para De Marcos.
Con unas caras u otras nos íban a servir una primera parte fea y en la que todo fue un poco al revés. De entrada, y por si eramos pocos en el tiovivo a los dos minutos Gorka se la comió en una salida por alto y hubo alguno que no es que volvió al tabaco, sino que empezó a fumar por primera vez en su vida.
Con el susto en el cuerpo el partido empezó como un curso a ver quien presionaba más. Costaba avanzar con la pelota y aún más dar pases. Se ve que el árbitro tampoco comenzó fino porque el penalti que se come por mano de Colotto lo vió hasta la mascota 'Periquín' con sus ojos tapados. En fin, que mal presagio...
El exceso de testosterona y la ausencia de 'artistas' conducía el choque, nunca mejor dicho, por los senderos del ladrillo. Tan solo el balón parado generaba cierto interés o el emotivo recuerdo a Dani Jarque. Sólo podía levantar esto un castañazo y desgraciadamente fue Víctor Sánchez quien lo soltó, con un gol impresionante que entró tras reventar la cruceta. Imparable. Sin debates.
Cuesta arriba, con un penalti escamoteado, el Athletic no se vino abajo. De hecho Muniain casi logra el empate en el 33' tras una buena peinada de un Aduriz que había pasado demasiado rato perdido en sus pejigueras con el 'Vasco' Aguirre. Le faltó pierna a Iker y le sobró Dávid López que llegó para despejar a córner.
El problema es que faltaba conducción, la pelota rara vez llegaba a zonas de peligro salvo cuando Beñat la poseía, -Rico estaba especialmente desafortunado-, y los cambios se intuían necesarios. Y pasó lo que pasa en el fútbol cuando todo parece blanco o negro. Que afortunadamente antes del descanso surgía una rendija de luz y entre Beñat, ¡cómo no!, el centrocampista de Arrigorriaga y Oscar De Marcos fabricaron un empate que hizo justicia a lo visto hasta ese momento. Y es que los catalanes tampoco habían mostrado nada más que músculo y coraje. El gol fue un alivio, pero a la vuelta de vestuarios llegó el segundo disgusto de la noche. Un balón que recorrió demasiados metros en área vizcaína acabó siendo fusilado de nuevo por Víctor que se había zafado de un Mikel Rico dormido. Le pone más ganas que nadie el ex del Granada pero está muy descolorido, y eso que moreno de piel es un rato.
El banquillo reaccionó dando entrada a Ibai para tirar a Muniain por dentro, pero si el equipo ya hacía aguas con Iturraspe, pues ahora peor. El 3-1, obra de Sergio García, después de que Iraizoz tuviera que parar tres balones a bocajarro con unos Laporte y San Jose demasiado contemplativos, dejaba el asunto resuelto. Ya si ese balón entró en la portería pues igual hay que medirlo con un láser óptico. Lo cierto es que el colegiado valenciano esta vez no dudó ni un segundo en darlo.
De ahí al final ni los relevos ni la inercia, pese al gol de Ibai Gómez de falta directa, pudieron pegar la ziaboga a un encuentro que ha terminado por desenmascarar los costurones de un Athletic, que está machacado por las lesiones pero al que le falta chicha. Hay dos partidos más esta semana, veremos si se puede cocer la mezcla algo mejor. Falta hace pese a llevar nueve puntos.
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