Herrerín ha pasado de ser titular al banco como peaje de su gris actuación ante el Celta en San Mamés: “Cuesta asimilarlo, aunque lo estoy llevando bien. Sé que era una cosa que podía ocurrir. Sabía que tarde o temprano iba a fallar. Me tocó fallar quizá el día menos oportuno o menos bonito, pero ya pasó”. Las experiencias en Madrid y Soria le han curtido para asimilar los bofetones: “He madurado mentalmente. El fallo me afectó el primer día, el segundo un poco. Es un fallo puntual que me dolió más porque era un aspecto que suelo dominar bastante bien y me molestó por eso”.
El arquero lamenta que le ha penalizado “quizá fue por ser demasiado valiente”. Igual por intentar ayudar, añade, “cometes errores” y avisa: “Ahora si me tocara jugar, lo pensaría dos veces antes de volver a salir y elegir el momento exacto”, lanzó en una entrevista en Mundo Deportivo.
Ahora guarda la calma: “No me voy a sentir que ya no soy titular ni que no voy a volver a jugar. Tengo que entrenar, lo mismo que hace tres semanas estaba jugando, ahora toca esperar. Gorka está cuajando unos partidos muy buenos y es cuestión de esperar la oportunidad”.
Herrerín, uno de los hombres más optimistas de la plantilla, asegura que “me mosqueo mucho conmigo mismo porque me gustaría aprovechar mucho más las oportunidades, pero es cierto que hace tres años no tenía la ocasión de vivir lo que estoy viviendo hoy en día. Para mí estar en el Athletic es un premio y he tenido la oportunidad de debutar, de jugar en el Bernabéu, de estrenar San Mamés y eso para mí no se me va a olvidar nunca. Peor estaba hace tres años. No puede ser que en la jornada cinco esté pensando en que ya soy suplente”.