Valverde rescata el sistema 4-4-2, que también existe

Ernesto Valverde era un fiel defensor del sistema 4-4-2, de moda hace varios años y arrinconado en los últimos tiempos, en favor de otros dibujos tácticos, como el más conservador 4-2-3-1, o el más plástico 4-3-3, que impulsó el Barça y que muchos tienden a imitar. Lo cierto es que el técnico rojiblanco, siempre versátil y con cintura, lo rescató para apurar los últimos 24 minutos ante el Elche, con Aduriz y Toquero como tándem en ataque. Funcionó. 

La entrada del punta donostiarra al verde, minuto 66, por Muniain, provocó un ajuste técnico, pasando Susaeta a la izquierda, De Marcos de extremo derecha, y como dúo más adelantado, dos arietes, Aduriz y Toquero. Una revolución que surtió efecto y coincidió con los minutos más vertigionosos e inspirados del Athletic. Antes, sobre todo en la primera mitad, el equipo estuvo espeso, timorato e impreciso, muy por debajo del nivel de todos los partidos de San Mamés e inferior al rendimiento desplegado en el Coliseum hacía apenas cuatro días. 
El 4-4-2 también existe, eso es evidente. A partir de su implantación, con 1-2 en el luminoso, Aduriz empató de certero testarazo, marca de la casa. Apenas habían pasado tres minutos desde que enseñó el dorsal al cuarto árbitro, nada que ver con los 602 de sequía anterior. Aduriz ha vuelto a su racha habitual, la de matrimoniarse con el gol. De Marcos y Susaeta se intercambiaron las posiciones, para despistar al Elche y confundir a sus pares. Toquero, que regresó a una titularidad que se le negaba desde el 19 de agosto de 2012, en la primera jornada de la pasada temporada, dispuso de un remate de cabeza a servicio de Balenziaga que, picado al suelo, el balón acabó huérfano en la línea de fondo. Antes, Beñat tuvo la ocasión en la punta de su bota izquierda y Laporte entrando hasta la cocina, fue derribado, sin que Pérez Montero advirtiera infracción. Faltó más tiempo, se había escapado por el sumidero. El Athletic estaba embalado con un sistema sencillo y práctico, de andar por casa, con dos referentes arriba y dos interiores de largo recorrido. En el fútbol todo está inventado.