Un Athletic lamentable vuelve al peor 'funcionariado' en el Calderón (2-0)
Es difícil encontrar un show más descorazonador que el que perpetró el Athletic en este fin del puente. El planteamiento del técnico encontró su castigo con un pasar anodino a la espera de que uno de los equipos más fuertes de Europa le cortara la cabeza. Lo doloroso es que dio la sensación de que a Villa, Costa y cía. ni siquiera les hizo falta meter la quinta marcha. No lo necesitaron. Se volvió a la rechinante versión de un equipo sin alma ni ambición ninguna, más allá de cual fuera el resultado. Un sólo disparo en 90 minutos es como para entrar en los anales del (mal) fútbol.
Ernesto Valverde, que ya nos tiene acostumbrados a hacer muchos cambios en función del rival, contaba hoy con cinco novedades. También es cierto que se jugó el jueves, sí. Junto al retorno de Iraizoz, Beñat entraba por Herrera, San José por el tocado Iturraspe como un tercer central y De Marcos deja afuera al hombre que nunca enferma ni es baja, el talismán de Bielsa, Markel Susaeta. Aduriz ocupaba la plaza de un Gaizka Toquero al que uno sigue viendo más como carta para enchufar a la grada que como una opción real para el mister. Recordemos que Kike Sola sigue de baja y el de Ariznabarra se ha quedado en la grada.
Los leones parecieron empezar sin complejos ante la apisonadora madrileña, instalándose en su campo y tocando la pelota pacientemente tratando de evitar las pérdidas y, de paso, que Miranda y Godín le volaran la cabeza a Aduriz. Los codos del brasileño y el uruguayo no tenían nada que envidiar a los de un torneo de Valetudo. Eran cuchillas.
Los de Simeone, con el libro aprendido de memoria, en realidad dejaban hacer esperando a salir como rayos. Cada exceso de alegría vizcaína recibía como respuesta un envío en largo a Diego Costa para que el enguantado delantero encarara a la zaga hoy azulona.
En esa táctica la liada que le preparó a Iraizoz a Laporte en el 13' no tuvo sentido. Un equipo que gana 10 de 11 partidos te exige el 200% de atención, y Gorka es el veterano que además va de cara.
Respondería luego bien sin embargo el meta de Ansoain a la avalancha que le íba a llegar encima. El primer tiro fue de Villa, había costado 17 minutos que alguien se dignara a disparar entre los tres palos. Lo malo es que sonó la corneta y al instante Costa cruzaba demasiado en una contra que terminó de espabilar a un Calderón que hasta entonces sólo estaba para cantar a Manolo Escobar o para insultar a los vascos... Que simpatía la suya.
Al menos cabe decir que Teixeira I no se rajaba en ese ambiente hostil, lo cual en sí mismo era como para titular esta crónica. Hasta se comió una mano de San José en el área que era de escándalo.
Pero el decorado cambiaría poco a poco ya que los locales vieron que el Athletic estaba muy cómodo dormitando sin arriesgar más de la cuenta. Y, claro, se les acabó la paciencia.
En el 26' Gorka tuvo que hacer un verdadero paradón a Diego Costa cuando ya los del Cholo empezaban a rondar demasiado la meta bilbaína. Se sucedían las llegadas ante un centro del campo incapaz de hilar juego o de taponar el despliegue local. Había que mirar el acta para ver si Beñat o Muniain estaban en el césped. Más missings que los presos de Chuck Norris aquellos en Vietnam.
En el 32' Dávid Villa, con mucha suerte eso sí, íba a ser el encargado de hacer el 1-0 con una semivolea que certifica que el de Tuilla ha vuelto por sus fueros. Para colmo de males, Balenziaga, que empieza a parecer de cristal de Bohemia, se lesionaba teniendo que dar paso a Erik Morán recomponiéndose el equipo sobre la marcha. No fue suficiente el costurón porque Costa, ¿quién si no?, en el 40' pillaba una nueva contra que liquidaba a unos leones encogidos y timoratos. El 2-0 al descanso fue el justo castigo al equipo de Valverde que ni estuvo puesto ni tuvo agresividad ni una mínima opción. Un desastre.
El inicio del segundo periodo caminaba por los mismos derroteros así que el Txingurri retiró a Beñat para meter a Susaeta empujando a un De Marcos que corrió más que Martín Fiz, -para nada en general-, al centro del ataque escoltando a Aduriz. Lejos de cambiar el rumbo volvió a ser Iraizoz quien evitara una goleada que empezaba a rondar la mayor parte de cabezas zurigorris. Y que conste que eso le puede pasar a cualquiera contra el Atlético, pero la falta de garra mostrada por los jugadores bilbaínos es de esas que dejan a la parroquia sin cenar.
Completando el halloween torturador, Laporte también se lesionaba, lo que trajo consigo el debut en Primera de Unai Albizua. Algo positivo para un club de cantera sazonada además con el dato de que el baracaldés fue uno de los más salvables de una tarde horribilis.
Tal vez lo preocupante es que sea más de lo mismo en una semana con tres escalones y con unas sensaciones flojísimas en conjunto, pese a ganar en Getafe. El primer tiro de los leones llegó en el... ¡minuto 81! en una contra de Muniain, y eso es como para caer en una profunda depresión. Dentro del festival de ultratumba Erik Morán se íba a la calle tras cazar a Godín dejando al equipo con 10 y rezando para que el trencilla cántabro acabara con la agonía. Se ha hecho eterno el partido que pudo incluso acabar 3-0 en el tiempo de descuento cuando Gorka volvió a salvar un gol cantado.
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