Rechaza que el problema del tropiezo blaugrana en la Champions fuera falta de "intensidad". A su juicio, fue una cuestión futbolística. "Hicimos la presión equivocada y lo corregimos en el descanso. Más que falta de actitud es que corrimos mal. Ellos nos ganaron la espalda de los interiores muy fácilmente", explica, antes de señalar el camino para reconducir el juego. "Hay muchos detalles que mejorar, como mover más rápido la pelota o no abusar de las conducciones de balón".
Lo que no admite es que se les acuse de apatía. "Dudar de este grupo es lo último que podemos hacer. No se lo merece por todo lo que ha dado al mundo del fútbol. Hay que ser fieles a un estilo que es el que no queremos perder. Pero nadie puede negar la actitud de este equipo, y eso se verá el domingo. Seremos competitivos para seguir creciendo", avanza.