Athletic y Barça se prueban mutuamente hoy en San Mamés
El equipo de Valverde quiere dar un salto. Y tras el empate del Villarreal nada mejor que alcanzar los puestos de Liga de Campeones (con, al menos, un cuarto del campeonato de Liga consumido después de diez largos años) que frente al equipo que ha gobernado el fútbol mundial.
Un Barça al que, ojo con vender la piel del oso, se lleva 20 partidos consecutivos sin poder vencer. Que se le tiene ganas es obvio, y la receta pasa por meter un ritmo e intensidad brutal a la espera de maniobrar tras quitarle el balón al rival. Sin él los catalanes sufren mucho.
Pero el problema, calidad por arrobas aparte, es que los culés vienen picados. Su derrota en Amsterdam ha levantado la veda de que más allá de crepúsculos de ciclos, que ya vienen tocados con el 7-0 del Bayern en Champions, el equipo del Tata Martino ha empezado a ser simplemente terrenal. Es solo su primera derrota del curso, pero la sintomatología dejó severas críticas a un conjunto aficionado a vivir en loor de multitudes en la era Guardiola.
Yendo a lo práctico, el Txingurri tiene a su disposición a toda la plantilla a excepción de Kike Sola, lesionado, y de Aritz Aduriz, que cumplirá el segundo y último partido de sanción después de que el Comité Español de Disciplina Deportiva (CEDD) no concediera la suspensión cautelar de su castigo.
Con quien sí podrá contar el técnico es con Carlos Gurpegui, ya recuperado de la sobrecarga muscular que le hizo perderse el partido de Málaga, aunque su vuelta al once es una incógnita ya que el de Viandar podría dar continuidad a la pareja de centrales que formaron en La Rosaleda Mikel San José y Aymeric Laporte.
Los blaugranas vienen con media plantilla en la enfermería. Y qué nombres se han quedado fuera: Messi, Valdés, Puyol o Dani Alves. Algo que fair-play aparte huele a oportunidad a la vista, pero siempre respetando que vencer teniendo enfrente a gente como Xavi, Iniesta, Busquets, Cesc o Neymar será de todo menos fácil.