El Athletic busca reforzar en Balaídos la 'pole' de Champions

Celta y Athletic se miden por cuarta vez ya en lo que va de temporada. Pero la derrota del Villarreal y el empate de la Real en Anoeta convierten el choque en un filón para los leones que pueden irse a 6 y 9 puntos respectivamente. Así nace el partido de la 23ª jornada de Liga que mide este lunes en Balaídos a celestes y leones en horario noctámbulo (22:00h) y riesgo de ciclogénesis.

Para Ernesto Valverde, que ayer justo cumplía 50 años, el encuentro es la puerta que abre el camino hacia la consolidación de las esperanzas rojiblancas, que pasan por acabar el curso celebrando el retorno a una Champions que no se cata desde 1998 con Luis Fernández. 
El 'Txingurri' apuntaba que en estos seis próximos choques ante rivales en algunos casos 'asequibles' (casos de Celta, Espanyol, Betis o Granada) se debe definir el objetivo de una campaña en la que ya solo se disputa una competición, la Liga. Si se sale bien colocado de este túnel ya se encarará la hora de la verdad en las diez últimas jornadas, que es donde siempre repetía el difunto Luis Aragonés que "se decide todo".
Aparte de saber lo que han hecho ya los rivales directos, la primera parada de ese periplo lleva a los vizcaínos al amable campo vigués. Estadio donde se recibe un gran trato por parte de los aficionados y donde los resultados suelen ser positivos, pese a que en la visita copera se perdía 1-0 con gol del joven Santi Mina, y a que el estado del césped debe ser funesto según avisa el propio Luis Enrique.
Lo cierto es que los rojiblancos han puntuado en sus cuatro últimas visitas y no pierden allí en Liga desde hace once años.
A los leones se les espera con mucho respeto por su gran momento de forma, según nos llega desde Pontevedra. "Es un grandísimo equipo. Está haciendo una gran temporada y ahora mismo se encuentra en un gran estado de forma. Cuenta con jugadores de mucha calidad y un entrenador muy bueno. Será un partido muy complicado", comentaba Álex López sobre el conjunto de San Mamés.
Pero también se le espera con ambición, porque los gallegos han encadenado un par de victorias consecutivas y llevan sin perder en casa desde noviembre.