El internacional Sub-21 galo se describe como un futbolista "pausado, tranquilo, que intenta encontrar a un compañero y no tirarla fuera" y no oculta que su sueño versaría en "competir en Europa con el Athletic y sacar la gabarra". A nivel internacional, añede en su galería de propósitos: "jugar al máximo nivel e ir a un Mundial". De hecho, aunque le pilla todavía muy joven, aspira a una plaza con Francia en competencia con Varane para el de Brasil 2014.
En el video emitido por el Athletic a través de su página web narra lo "duro" que es desde los 11 años abandonar el hogar, que fue delantero centro y mediocentro antes de retrasarse a la demarcación de central, y que Unai Melgosa fue su primer entrenador en Lezama, en el seno del Cadete A. No olvida su debut en Israel y su posterior rueda de prensa: "Fue algo desastrosa", bromea, aunque se congratula de que "algo he mejorado. Cuando llegué a Bilbao no sabía castellano y uno de los compañeros me enseñó en la Residencia". Ahora, apostilla firmar hasta 2018 le deja "muy satisfecho, se confía en mí". La cláusula de 36 millones ahuyenta su salida.
En el lado negativo, apunta que las expulsiones le han ayudado a mejorar, a serenarse y elegir la mejor opción: "De eso se aprende, a estar más centrado y tener más calma", aunque "las buenas personas" que forman el vestuario rojiblanco le han ayudado en todo momento: "En la calle también me paran y se portan muy bien conmigo", subraya Laporte, uno de los artífices al cuarto puesto del equipo. Un diamante en bruto.