El centrocampista del Athletic se llevó un gran susto durante el entrenamiento del miércoles en Lezama cuando se dio cuenta de que su tío, que había acudido a verle entrenar, sufría un infarto en la grada. La rápida y eficaz atención de los médicos rojiblancos fue crucial para su recuperación.
"Se te mete el susto en el cuerpo, piensas lo peor, pero tuvimos la suerte de que le pasó aquí", recuerda el de Arrigorriaga, quien confirma que en este momento su familiar está "bien". "Ayer ya estaba consciente, estable, sigue ingresado por precaución. Fue una suerte que pasara aquí, porque estaban los médicos del club al lado, y ya hay que pasar página", zanja.