Ernesto Valverde, menos amante de las picas, las vallas, los pivotes y los postes de hierro a los que tanto recurría el técnico argentino, se ha decidido a emplear últimamente estos voluptuosos muñecos de plástico, con una base de peso, que encargó en su día Bielsa al club para acometer sus sesiones preparatorias.
Unos alemanes que en la sesión de este viernes en Lezama utilizaron tanto Iraizoz como Iago Herrerín en su trabajo específico, como posteriormente Susaeta y Muniain en el lanzamiento de faltas, a modo de barrera de empaque. Un recurso, que necesitó de una inversión económica del club, que se espera tenga su efecto para noquear al Betis este domingo en el Villamarín.