Beñat, ya en el Athletic, purga su lumbalgia, pero en la disciplina verdiblanca continúan Eder Vilarchao, aparcado del primer equipo pese a tener contrato profesional, se limita a entrenar con su filial y Eizmendi no ha tenido continuidad en ninguna convocatoria ni con Garrido ni con Calderón. A ellos se les suma el portero riojano, aunque formado en el Alavés B y Barakaldo, Javi Montoya, que es titular en su filial y con un notable rendimiento. El joven arquero fue el tercer portero de la pretemporada de Mel, pero ahora no cuenta arriba. Guille Sara y el efímero Andersen, primero, y ahora el ex madridista Antonio Adán, le cierran el paso. No obstante, se disputa con su compañero Pedro los entrenamientos arriba y poder colarse en alguna convocatoria por fuerza mayor, como ya ha ocurrido.
Con este panorama arriba el Athletic al Villamarín para medirse al colista, con un futuro sombrío, con su hinchada en pie de guerra, y sin vascos en su formación. Vilarchao, el sucesor de Yeste por su fina zurda y complexión física, deberá a esperar al próximo curso para reivindicarse, seguramente en forma de cesión. El extremo izquierdo Eizmendi, canterano de la Real, gemelo de Alain, con el que formaba las bandas en Zubieta, que triunfa en el líder de Segunda, Eibar, y ex del Guijuelo, espera su turno pese a ser un puñal en ataque y ser habitual para Óscar Cano, técnico del B. Montoya, todavía muy joven, se va haciendo portero esperando una oportunidad en la elite. Estar en el segundo escalón le fortalece. Mientras, el primer equipo se desfonda.