Esa respuesta le trajo cola antes del partido de la primera vuelta, disputado en Los Cármenes. "Entonces dije que sí y casi me matan, pero lo vuelvo a decir. Hay que celebrar los goles", opina el mediocentro de Arrigorriaga, quien no cree que "por eso falte a la afición del Granada, el respeto de un club se gana cuando estás en ese club". Por lo tanto, según agrega, "si meto lo celebraría con total normalidad, por supuesto". Lo habitual es la característica 'X' que ha patentado como dedicatoria a su hijo Xabi.
En cuanto a la carga emocional extra por enfrentarse a su exequipo, reconoce que el compromiso de la primera vuelta era "más especial" por el hecho de "volver a Los Cármenes", pero "al final juego contra excompañeros, amigos, un club en el que he estado tres años y siempre es especial jugar contra un equipo en el que has jugado".
Conoce muy bien al equipo nazarí. Y advierte de su peligro. Que, a su juicio, ha aumentado desde su marcha. Ve a los de Lucas Alcaraz "mejor" que cuando él estaba allí. "Este año ha tenido partidos con mucho dominio, de querer llevar la iniciativa, y tiene jugadores peligrosos arriba que marcan diferencias. Lo que les he visto me ha gustado bastante", valora.