27 chuts a puerta, tres fuertes desde fuera del área y guiño a Saborit

El Athletic fue un vendaval ofensivo que arrasó a un Granada sólo desperezado en unos compases del segundo acto. Para la estadística, 27 remates a puerta, de ellos tres de potencia desde la frontal del área, una asignatura pendiente, y un guiño a Saborit, que de casi desahuciado va sumando minutos y ofreciendo alternativa integral al carril izquierdo. 

El Granada nada pudo hacer para soterrar el ansía de reivindicarse de nuevo de un Athletic que se había desfondado ante el Espanyol, y flojeó en el Villamarín. De eso, a una supuesta “crisis” o “bajón”, como algunos pregonaban, va un abismo. Una corriente artificial, ficticia. El equipo era cuarto antes de arrancar el envite del viernes, y se afianza en esa zona aristocrática con salvoconducto Champions al concluir.   
El equipo de Valverde dispuso de una docena de oportunidades muy claras, con cuatro goles y 50 puntos en el casillero. Para destacar, que Aduriz ya es el pichichi del equipo con 9 goles, que el ambiente es espectacular en la plantilla, con Muniain arengándole al ariete donostiarra a lanzar el penalti, y que hasta se chuta con virulencia desde fuera del área: el gol de Aduriz, un zapatazo de Herrera, que repelió Roberto, y otro latigazo de Muniain marcaron el paso.  
El equipo acabó con Saborit de lateral, ante el Betis se movió como interior, lo que deja patente que va convenciendo a Valverde y se abre paso en el fondo de armario del equipo rojiblanco. Y eso que en el mercado invernal pudo salir rumbo a Huelva, pero, como Etxeita y Morán, quieren triunfar este curso en el Athletic. Guillermo también tuvo presencia al final, esta vez de centrodelantero. Primer balón que tocó, dentro, aunque anulado por fuera de juego casi sobre la línea. El cachorro suple a Ibai arriba, pero amenaza a Kike Sola, que completó una notable primera parte en el Villamarín. A Valverde se le complica la vida, pero la competencia enriquece y el halago debilita. Valencia es la próxima estación. Este Athletic no ha vuelto, nunca se fue. El listón sube un palmo más.