Asís Martín IIIAritz Aduriz está a un gol de igualar su récord en Primera tras el doblete logrado este lunes, ¡décimo ya para el Athletic!, en el Ciutat de Valencia ante el Levante de Joaquín Caparrós. El equipo de Valverde vuelve a estirar la cuerda con seis puntos sobre el Sevilla, nueve sobre la Real y diez sobre el Villarreal. Ha sido un partido disputado en familia, en el que los bilbaínos han fallado otro penalti, encajado un gol en propia meta y han perdido a Mikel Rico lesionado con un esguince de tobillo tras un pisotón brutal de Casadesús, que incomprensiblemente no vio ni tarjeta.
El triunfo de los de Emery había marcado en rojo esta salida, porque la batalla por la deseada plaza de Previa echa fuego. Es por ello destacable el golpe sobre la mesa dado por los leones con su sexto triunfo lejos de San Mamés, en este caso ante un rival más agresivo que intenso, en realidad, casi ya con sus deberes hechos.
La acumulación de bajas trajo serias novedades en el once rojiblanco, que acogía la vuelta de Oscar De Marcos por Iraola en el lateral, a Herrera como cerebro, quedando el inédito Etxeita y Mikel San José de pareja en el centro de la zaga. Y pese a la incertidumbre el central de Amorebieta, pese a estar poco exigido, ha cumplido a la perfección ante un rival que le iba muy bien a sus características. El navarro ha salido más escaldado tras fallar el penalti y anotar en propia puerta. Pero lo importante son tres puntos más y una jornada menos para disfrutar de la Champions en Bilbao.
No es que los equipos de Caparrós necesiten cuidar mucho la hierba, no en vano casi todos sus balones viajan por el aire. Así Rubén García dio el primer susto de cabeza a los cuatro minutos tras ganar la espalda a la defensa vizcaína por el costado de Balenziaga. Lo entendieron a la perfección los leones que pugnaron desde el inicio por echar la pelota al pasto con objeto de evitar los ovnis levantinos. El peligro llegaba por esa vía lo que obligó a Gorka Iraizoz a trabajar a destajo, y muy seguro, en las salidas por alto.
Lo que seguro que no contaba el técnico de Utrera es con que un veteranazo como Juanfran hicera el tonto penalti que hizo sobre Muniain a los diez minutos de juego... Mientras que tal vez Valverde (y con él la afición zurigorri) sí podía sospechar que se iba a marrar la enésima pena máxima de este siglo XXI. En este caso por disparo fuera de portería de Mikel San José. Uff...
Era momento de juramentos pero ni mucho menos el equipo acusó el golpe. Al momento Aduriz estuvo listo para hacer brotar las sonrisas al marcar con fortuna, al golpear su envio en su amigo Simao M.J. tras un buen pase de la muerte de Susaeta. Qué alivio, aunque duele pensar que ya se podía ir 0-2 en apenas 12 minutos de juego.
Crecido el Athletic contó con pronto otra buena ocasión de Muniain, cada vez en mejor momento y parece que más cerca de renovar. Iker estaba ofreciéndose a tope, echando una buena mano a Rico, ante la marca casi individual a la que Barral sometía a Iturraspe en casa salida de balón.
El de arrigorriaga estuvo en un tris de quedarse sin tobillo, por cierto, en un pisotón de Casadesús que bien mereció como mínimo una tarjeta naranja no enseñada por Estrada Fernández. Lo cierto es que Mikel se tuvo que ir a la enfermería a la media hora dando paso a un Erik Morán que volvía a saltar al césped por delante de Beñat. Aunque... ¿eso sigue siendo aún noticia?
Aprovechó Caparrós la coyuntura para echar a los suyos arriba en esa recta final del primer periodo, rascando a tope tobillos con una permisividad arbitral al 'estilo' Howard Webb, y percutiendo constantemente por la banda derecha en busca de un remate salvador. No llegó, afortunadamente, y sí el segundo tanto bilbaíno con un certero testarazo de Aduriz tras un magnífico servicio con la zurda de Ander Herrera. Un gol tranquilizador, y que elevaba a 13 dianas el score del delantero donostiarra, a uno de su récord en Primera establecido el pasado curso.
El efecto fue absoluto sobre el partido, ya que el inicio de la segunda parte sufrió un parón importante de ritmo. Algo que hay que agradecer al socio rojiblanco 'Jokin' Caparrós, que sigue con su buena costumbre de no hacerle pupa al Athletic como técnico rival.
Fue para tanto la cosa que por momentos parecía haber una tregua, nadie atacaba, los entrenadores no metían cambios... hasta que en el minuto 20 un inocente centro de Rubén golpeaba a San José para introducirse por carambola en la portería de Iraizoz. Parecía ser la devolución del 0-1 de Aduriz, pero maldita la gracia porque trajo un stress innecesario al haber pisado demasiado el freno antes.
Tocaba ponerse serios. Aduriz no pudo pescar por los pelos un balón suelto en el área, y Keylor Navas, fiel a su fama, tuvo que sacar sobre la raya un remate de cabeza de Muniain que bien pudo haber dejado todo resuelto. No fue así, con lo que el Txingurri tiró de Beñat para poner orden en la sala de máquinas, y a ver si la sentencia podía llegar con un balón parado. La volvió a tener Aduriz en un mano a mano con el meta costarricense, pero esta vez el hat-trick se esfumaba ante el pupilo de Luis Llopis que hasta suena para el FC Barcelona.
Sufriendo para llegar al pitido final, se pudo cantar victoria con Barral expulsado con el partido acabado, un premio enorme y merecido para tranquilizar un poco los ánimos. Y es que ya sabemos cómo es el fútbol. Los mismos que querían viajara Anfield Road una semana después teñían la Ría otra vez marrón de pirrilera. Ni tanto ni tan calvo.
Llegaron los 59 puntos y a esperar hasta el próximo lunes cuando el Málaga se asomará por La Catedral antes del largo parón de Semana Santa por la bromita consentida al Barça.