El contratiempo le sobrevino al inicio de la sesión, en la que compartía trabajo con Iraizoz y Herrerín. Por precaución, abandonó el campo y el jueves no se entrenó con el primer equipo. El prometedor portero del Bilbao Athletic, la gran esperanza de la cantera de Lezama para ocupar su arco en los próximos años, se orilló la pasada temporada casi seis meses, desde que una incómoda lumbalgia le mandara a talleres. El ondarrutarra se perdió el europeo Sub-20 por esos problemas de espalda, que desde marzo hasta septiembre le lastró.
Cuando había recuperado su tono, en enero, una vez olvidada su dolencia, se topó con una lesión ósea en el dedo pulgar de la mano derecha, lo que le apartó casi un mes. En los últimos partidos, de nuevo convocado con la selección española Sub-21 junto con Iker Muniain, se ha salido en el Bilbao Athletic. Sin ir más lejos, el pasado sábado en Lasesarre, Kepa, que luce un cuerpo más atlético, sacó dos manos providenciales ante el Barakaldo. Ziganda confía en que pueda jugar ante el Real Unión. Los galenos rojiblancos le miman para que así sea.