"Ahora vamos a cenar y luego habrá que celebrarlo un poco", avanzaba un exultante Iker Muniain, que no pudo disfrutar de la victoria en el campo por acumulación de amonestaciones y vivió el éxito desde la grada como un aficionado más.
Toda la plantilla estaba eufórica por el premio conseguido. No en vano, han pasado 16 años desde la última clasificación para una ronda previa de la Liga de campeones. Un éxito que merece una celebración a la altura. De ahí que los jugadores, con permiso del entrenador, aprovecharon la suspensión del entrenamiento para festejarlo por Madrid todos juntos. Seguramente Valverde no se pudo librar de su paso por la ducha. "Espero que no, porque no me he traído otra ropa, pero no sé...", se resignaba en su comparecencia.
Solo miembros del cuerpo técnico y de la directiva han tomado el vuelo de regreso a Bilbao de este sábado. Los jugadores estarán de vuelta a tiempo de la siguiente sesión, el martes a las diez y media en Lezama.