Díaz de Cerio cuelga las botas “cansado del fútbol profesional”
El ariete del barrio donostiarra de Herrer ha militado, además de en la Real, en cuya cantera se integró en juveniles desde el Sporting de Herrera, Athletic, con su sonado fichaje, Numancia y Córdoba, en ambos en calidad de cedido, y Mirandés estos dos últimos cursos. "Estoy intentando todavía digerir el descenso que tuve hace unos días con el Mirandés, pero pensando en otras cosas y en tomar la decisión correcta, que es la de dejar el fútbol, porque en estos momentos tengo otros retos que en este momento me ilusionan más", desveló en Ser Deportivos Gipuzkoa. El delantero donostiarra asegura que no cuelga las botas por cansancio del fútbol, sino hastiado de su contorno. "De jugar no me cansaré nunca, pero el fútbol profesional es diferente. Siempre he dicho una cosa que he pensado, uno deja de disfrutar cuando debuta, en el sentido que hay un montón de responsabilidades y presiones que influyen en que todo sea distinto, pero no me cansaré nunca, pero hay otras cosas que ahora me apetece hacer mucho más". De Cerio, no obstante, se siente un privilegiado. "Han pasado muchas cosas, algunas buenas, alguna que otra mala, y he podido vivir muchas cosas que mucha gente quiere ". El ex león subraya que su momento más esquivo no fue su grave lesión de tibia y peroné en un partido de Segunda contra el Eibar en Anoeta: "Ni de lejos, lo peor fue Vitoria, aquel 3-2 en Mendizorroza cuando teníamos el ascenso a Primera en las manos, y se nos truncó un ascenso en dos minutos", asevera. El hasta ahora delantero focalizará su labor a la gestión de la Ola artificial de Aizarnazabal, a "llevar olas por el mundo", apunta, y en atender su Consultaría de recursos humanos, disciplina que estudió mientras se formaba como futbolista.