Medina ha rendido a satisfacción por el carril del 2 en Mendizorroza. Sólo una latosa pubalgia ha mermado su rendimiento en algunas fases del campeonato de Segunda División, donde el canterano del Athletic debutaba la pasada temporada. Medina espera explotar aún más sus atléticas condiciones. Unos movimientos de despachos ejecutados, a falta de conocer el entrenador (no queda claro que siga Alberto López), pero con Javier Zubillaga al pie de cañón. Las relaciones retomadas entre Athletic y el club babazorro van a desembocar en que esta temporada, con el Alavés de nuevo en Segunda, y con Viguera cambiando de elástica, algún jugador rojiblanco parta como cedido. Que se foguee en una categoría alta, y que sirva además para equilibrar las arcas vitorianas prima sobre cualquier otra circunstancia. Ya quisieron el pasado verano a Iñigo Pérez e Unai Albizua, sin que cristalizasen ninguna de las dos operaciones y generase una fractura entre ambas entidades, ahora felizmente subsanada.