A los ingleses, sea con emisarios falsos, rocambolescos o de verdad, no les queda otra que abonar esta vez de forma efectiva la cláusula íntegra por el futbolista bilbaíno en la sede de la LFP y descartar la colaboración en ningún caso desde Ibaigane para deshacerse de uno de sus mejores activos sobre el terreno de juego. Ya sea para rebajas, para camuflarlo como un traspaso, o para evitarse impuestos o pagar al Real Zaragoza sus derechos de formación.
Es la Liga la que debe dar el ok a la operación, algo que de momento, y pese a estar los británicos tratando de resolverlo desde el mismo lunes 23, no han podido lograr. No cabe duda que el prestigio de la entidad de Manchester a nivel de despachos anda por los suelos. No dan una.