Fue un día de récord aquel. La participación se cifró en un alto 65,49%, lo que suponía un incremento de más de 13 puntos respecto a los anteriores comicios de 2007, cuando la participación del socio con derecho a voto fue del 52,19% (17.263 votos). De los 33.860 socios con derecho a voto en las elecciones a la presidencia del Athletic de 2011, 20.999 personas emitieron el suyo al cierre de las urnas a las 21.00 horas, a los que hay que sumar los 1.177 emitidos por correo, lo que supuso un total de 22.176 sufragios. Una barbaridad, aparte de que fue una fecha muy tardía para la convocatoria. Entonces Josu Urrutia recibió un 54,36 por ciento de los votos (12.057), frente al 44,17 por ciento de los apoyos que concitó García Macua (9.796), por tanto el excapitán rojiblanco bien pudo festejar aquello de que 'es el presidente más votado en la historia del club bilbaíno'. Ahora lo único que hay son dudas. La trayectoria económica y deportiva (siempre la más vigilada y valorada) le avalan por completo ante cualquier contrincante, pero ni él ni su entorno suletan prenda, con lo que todo indica que aún no ha decidido que hacer. Algo que tampoco sorprende ya que en 2011, de hecho, se estuvo pensando hasta última hora si daba el paso de salir a la luz pública y pelear por el cargo, ya que sabía que ser presidente es algo muy expuesto y él vivía muy tranquilo sin dar un 'ayy'.
Con Marcelo Bielsa y Ernesto Valverde como técnicos el equipo ha hecho mucho ruido en la Liga y en Europa, se han jugado finales, se ha ingresado una fortuna con las cláusulas de Javi Martínez y Ander Herrera (76 kilos), se ha renovado recientemente a Laporte y Muniain, o se ha llevado adelante la construcción de San Mamés en tiempo récord.
En el debe se le ponen la avalancha de fugas de 'estratégicos', cuatro y por dos de los cuales, además, Llorente y Amorebieta, no se vio ni un euro. La derrota electoral en la Asamblea Extraordinaria de estatutos no es demasiado indicativa. Lograr 2/3 'tocando' la silla a los socios compromisarios es casi imposible y a todos los presidentes ha quedado demostrado que se la tumban por goleada, así que se seguirá con las mismas normas de por vida salvo milagro. De la decisión de Urrutia sabremos sin duda mucho antes.