Pocos veces un parón liguero ha venido tan bien a un equipo. Tanto por cuestiones físicas como anímicas está claro que el equipo de Ernesto Valverde lo está pasando mal, y los fríos números no son ajenos a esa percepción. De hecho son incluso peores que los del cacareado y temido bienio negro de la época Lamikiz. Al menos de momento, claro. Hay que confiar en la reacción inmediata de los leones que pese al ajetreo de la Champions cuentan con mucho mejor plantilla.
Son sólo siete jornadas las trancurridas en el campeonato 'que te da de comer', la Liga, y los escasos cuatro puntos pescados no dan mucha tranquilidad. Es cierto que ya se ha ido al Nou Camp y al Bernabéu, pero también que nadie esperaba sacar uno de doce ante Málaga, Rayo, Granada y Eibar, pero ya se sabe que no conviene obligarse a heroicidades en la segundas vueltas porque es vivir en la soga. El Athletic de la campaña 2005-06 sumó un punto más en este mismo espacio del calendario, cinco, pero Mendilibar cayó en la jornada 11 dando paso a Javier Clemente como bombero. En la 2006-07 Félix Sarriugarte sumaba cinco puntos también para acabar siendo cesado, salvando Mané al equipo en un aterrador último duelo ante el Levante en San Mamés. Hay que aprovechar estos doce días para cambiar el chip y remontar una dinámica que sólo genera nervios. Habrá que defender mejor y, sobre todo, atacar con más criterio. Meter cuatro goles en siete jornadas es algo impensable para esta plantilla, que está con un ratio de -7 tantos, frente a los -3 y -8 de los dos años de infarto ya citados.