Si se han empleado muchas líneas para describir las numerosas variaciones, hasta nueve, en la demarcación de mediapunta, a su derecha, escorado, la posición de extremo derecho no le va a la zaga. Hasta siete futbolistas han pasado por ese carril, el último Guillermo en Oporto, aunque acabó por jugar Susaeta, su propietario habitual. Valverde también ensaya en este capítulo.
Una realidad quizás relanzada porque el propio Susaeta no arrancó la campaña en su mejor versión. El propio internacional eibartarra lo reconoce, y aunque en los tres últimos partidos del Bernabéu, Celta y Oporto sus prestaciones vuelven a plasmar su verdadero potencial, Valverde ha intentando buscar soluciones en este inesperado tránsito. Con apenas ocho jornadas de Liga más tres de Champions, además de Susaeta han jugado en el carril del 8 Iraola, avanzando metros a su habitual puesto de lateral derecho, Ibai Gómez, Muniain, Toquero, aunque con muchos menos minutos, y De Marcos. Ninguno de ellos ha destacado precisamente por diversas razones. Iraola no atraviesa su mejor momento, Ibai ha estado lastrado por las lesiones musculares y rinde más por la izquierda, Muniain no se siente cómodo en este perfil y tiende a culebrear hacia dentro con profusión, y De Marcos abrillante sus individualidades con más con metros por delante o de mediapunta, con desmarques de ruptura. Lo cierto es que ser extremo derecho exige rapidez, desdoble, condición física y calidad, además de centrar bien desde la línea de fondo, una asignatura colectiva cateada hasta ahora por el conjunto del Athletic. Sin duda, quien mejor se adapta es Susaeta, por el que Valverde apuesta por delante del resto. En Los Juegos del Mediterráne se espera al eibartarra en ese flanco. No se espera una octava prueba.